Por Laura Adams
En los últimos años, el creciente crecimiento y la adopción de los “préstamos criptográficos” han brindado a los consumidores una nueva oportunidad y libertad financiera gracias a los beneficios de la tecnología blockchain y los protocolos financieros descentralizados.
Los préstamos criptográficos crean enormes oportunidades para las empresas locales y nacionales, los gobiernos estatales y federales y, sobre todo, los consumidores. No solo crea empleos y reduce los costes financieros para las empresas, sino que los préstamos criptográficos brindan acceso al capital a las personas en comunidades desatendidas y ayudan a establecer un nuevo grupo de oportunidades de inversión para todos los participantes.
Al permitir que las personas utilicen sus activos criptográficos como garantía para pedir dinero prestado, los préstamos en criptomonedas están revolucionando la industria crediticia al brindar acceso a los consumidores que han estado excluidos de los préstamos convencionales durante demasiado tiempo. Más del 6% de los hogares estadounidenses, o un total de 14,1 millones de adultos estadounidenses, no están bancarizados, según la Encuesta Nacional de Hogares No Bancarizados y Subbancarizados de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC). Asimismo, según los datos de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), 45 millones de adultos estadounidenses se consideran “invisibles para el crédito”, lo que significa que no tienen puntaje de crédito o tienen archivos de crédito reducidos sin suficiente información para crear un puntaje crediticio.
Con los préstamos criptográficos, los consumidores que no pueden obtener un préstamo tradicional debido al requisito de depósito mínimo del banco o un puntaje crediticio bajo ahora tienen opciones disponibles. No solo eso, sino que los consumidores también pueden prestar sus propios criptoactivos, depositándolos en una cuenta que devenga intereses para generar rendimientos pasivos.
Al igual que con cualquier industria nueva, hay empresas que brindan un buen servicio y productos a sus clientes y, desafortunadamente, a menudo hay otras que no lo hacen. Los malos actores que actualmente operan en el espacio de los préstamos criptográficos tienen la oportunidad de hacer mucho daño, no solo a las personas, sino a la industria en su conjunto.
Al buscar un prestamista de criptomonedas, los prestatarios deben tener una serie de expectativas como consumidores. Deberían poder confiar en que el fiscal general o el regulador financiero de su estado perseguirá a los malos operadores del sector de los cripto-préstamos por las mismas prácticas abusivas de las que somos testigos en los mercados de préstamos tradicionales, incluida la publicidad y el marketing engañosos. Las empresas de préstamos criptográficos también deben aplicar de forma proactiva las mejores prácticas que informan y protegen a quienes desean aprovechar las nuevas e innovadoras formas de acceder al capital.
Al igual que con los préstamos tradicionales a través de bancos y otras instituciones, todos los consumidores de préstamos criptográficos deben esperar ciertas protecciones. Éstas incluyen:
- Revisar los términos y condiciones de un contrato de préstamo en un formato escrito completo y fácil de entender.
- Recibir un aviso adecuado antes de que el prestamista de criptomonedas modifique los términos y condiciones, suspenda los servicios o liquide cualquier parte de la garantía de los consumidores.
- Tener la capacidad de comunicarse con el servicio al cliente del prestamista de criptomonedas y recibir una respuesta oportuna.
- Recibir las divulgaciones adecuadas del prestamista de criptomonedas, incluido el estado de propiedad de la garantía y si el prestamista cuenta con la licencia de las autoridades reguladoras correspondientes.
- Certeza de que la garantía de los consumidores no está sujeta a términos contractuales desmesurados.
- Laura Adams, MBA, es una experta en negocios y finanzas personales reconocida a nivel nacional y miembro del Grupo de Defensa de Activos Digitales (DAAG). DAAG es una organización sin fines de lucro que promueve los préstamos en moneda digital, el depósito y otras prácticas financieras de consumo seguras y reguladas.
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