por Michelle del Campo
(Retransmite la nota publicada el 9 de mayo)
Infosel, mayo. 10.- Productores mexicanos de tomate manifestaron su confianza en poder alcanzar en las próximas semanas un nuevo acuerdo que suspenda la aplicación de medidas comerciales contra la exportación de sus productos a Estados Unidos, un hecho inédito en la relación comercial entre los dos países.
A partir de ayer, las aduanas estadounidenses comenzaron ya a cobrar una garantía punitiva por 17.5% a los importadores de este producto mexicano, un sobre precio que finalmente se verá reflejado en los bolsillos de los consumidores, dijo Alfredo Díaz Belmontes, director general de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (Amhpac), una asociación que vela por los intereses del sector.
"En teoría se le va a trasladar a consumidor, al final del día en el mediano y largo plazo el gran perdedor, en este escenario que esperamos no dure mucho, es el consumidor estadounidense", agregó Díaz. "El problema para ellos es que 52% del tomate que se consume en Estados Unidos es de México. Difícilmente en el corto plazo alguien podrá abastecer la oferta mexicana".
El representante de Amhpac explicó que en el corto plazo depende de cada agricultor llegar a un acuerdo con los exportadores sobre la manera en que se asumirá la tarifa, ya sea compartiendo el costo o no; pero de seguir aplicándose la tarifa podría generar algunas distorsiones, y por ejemplo, la migración a otros cultivos, generando una reducción en la oferta e impactando en el precio.
"A nadie nos conviene [la suspensión del acuerdo], hay ya una cadena de valor construida a lo largo de los años, todos vamos a salir afectados tanto de lado mexicano como americano, creo que no es una buena salida para nadie, por eso creo, en lo personal, que están considerando y por eso se abrieron finalmente a la negociación".
Díaz confirmó que esta situación puede enfrentar diversos escenarios.
Uno es que las negociaciones fructifiquen y en las próximas semanas las partes lleguen a un acuerdo, cuya entrada en vigor tardará 30 días, un periodo en el que los productores mexicanos deberán continuar pagando los derechos provisionales, que serán reembolsados una vez se active formalmente lo pactado.
La otra dependerá de la reactivación de la investigación antidumping contra los tomates mexicanos por parte del Departamento de Comercio, que tiene hasta el 19 de septiembre para dar un veredicto sobre la existencia o no de esta práctica.
Si la investigación del Departamento de Comercio confirma prácticas de comercio desleal, la Comisión Internacional de Comercio de Estados Unidos (USITIC, por sus siglas en inglés), una agencia bipartidista independiente con poderes cuasi-judiciales enfocada al tema comercial, tendrá 45 días para analizar el caso.
Este organismo decidirá en noviembre si establece cuotas definitivas a la importación de este producto, en caso de que encuentre que debido a las prácticas mexicanas hubo algún daño a su industria local; si determina lo contrario, la exportación de este producto se regirá por el libre comercio.