El candidato presidencial republicano Donald Trump se ha comprometido a impedir que ningún estado de EE.UU. prohíba los vehículos de gasolina si gana las próximas elecciones de noviembre. Esta declaración se produce en un momento en el que Trump pretende atraer a los votantes de Michigan, un estado clave en la contienda, centrándose en el futuro de la industria automovilística.
Durante un mitin en Saginaw, Michigan, Trump hizo hincapié en su compromiso con el sector tradicional del automóvil, afirmando: "Cuando sea presidente, ningún estado de Estados Unidos podrá prohibir los coches o camiones de gasolina, y lo garantizo, de ninguna manera. Se fabricarán aquí mismo".
La postura adoptada por Trump se considera una contraposición directa a las acciones de estados como California, que ha estado a la vanguardia en el impulso de la transición a los vehículos eléctricos (VE). En mayo de 2023, California solicitó una exención a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en virtud de la Ley de Aire Limpio para obligar a que todos los vehículos nuevos que se vendan en el estado para 2035 sean eléctricos o híbridos enchufables.
Además, California ya había aprobado en agosto de 2022 un plan para poner fin a la venta de vehículos de gasolina en 2035, estableciendo requisitos cada vez más estrictos para los vehículos de emisiones cero a partir de 2026, una medida adoptada también por otros 11 estados.
El gobierno de Biden, aunque no ha fijado una fecha concreta para la retirada progresiva de los vehículos de gasolina, ha destinado miles de millones a créditos fiscales y subvenciones para acelerar el cambio a los vehículos eléctricos. El Presidente Joe Biden se ha fijado el objetivo de que el 50% de los vehículos nuevos sean VE para 2030, citando la competencia con China como motor clave de esta iniciativa.
En marzo, la EPA ultimó una serie de normas federales para reducir las emisiones de los vehículos en un 49% de aquí a 2032, en comparación con los niveles de 2026. La EPA preveía que, para cumplir estos estrictos límites de emisiones, entre el 35% y el 56% de los vehículos nuevos vendidos entre 2030 y 2032 tendrían que ser eléctricos.
Los fabricantes de automóviles han expresado su preocupación con respecto al plan de California para 2035, sugiriendo que, si bien los requisitos de VE podrían ser viables para California, son menos seguros para otros estados con menores ventas de VE.
Las normas de California están diseñadas para reducir la contaminación causada por el smog de los vehículos ligeros en un 25% para 2037. Exigen que el 35% de los coches nuevos vendidos sean enchufables o de emisiones cero para 2026, aumentando al 68% para 2030 y alcanzando el 100% para 2035. El Estado ha calculado que estas normativas costarían 210.000 millones de dólares, pero reportarían unos beneficios totales de 301.000 millones hasta 2040, lo que permitiría a los fabricantes de automóviles vender hasta un 20% de vehículos enchufables en 2035.
La campaña de la vicepresidenta Kamala Harris aún no ha respondido a los comentarios realizados por Trump en el mitin.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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