(Actualiza con declaración del presidente de Colombia, agrega procedencia)
Por Luis Jaime Acosta y Nelson Acosta
BOGOTÁ/LA HABANA, 9 jul (Reuters) - El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo el jueves que está dispuesto a acelerar la negociación con la guerrilla de las FARC para pactar un cese al fuego bilateral y definitivo, una de las exigencias del grupo rebelde para destrabar el diálogo de paz que busca poner fin al violento conflicto armado.
El mandatario fijó su posición un día después de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron un cese al fuego unilateral de un mes a partir del 20 de julio, después de una escalada de ataques contra la infraestructura petrolera y energética del país que afectaron a la población civil y aumentaron la desconfianza en el proceso de paz.
"Estamos dispuestos y queremos acelerar esa negociación, esas conversaciones para tener listo ese cese al fuego bilateral y definitivo que es el fin y al cabo a lo que tenemos que llegar si queremos paz", dijo Santos en un acto militar.
"Tenemos que tomar decisiones de fondo y de una vez por todas definir si hay paz o si seguimos en la guerra, porque el tiempo y la paciencia de los colombianos y la mía son factores finitos, tienen sus límites y se han vuelto críticos", agregó.
Antes del pronunciamiento de Santos, las FARC reiteraron en Cuba su decisión de dejar las armas y de convertirse en una organización política cuando se firme la paz, pero solicitaron garantías y medidas para terminar con los grupos paramilitares.
"Colombia debe entender que ello es garantía previa para que puedan los militantes de las FARC incorporarse a la vida civil sin riesgo para sus vidas y su integridad por ejercer actividad política en democracia", dijo Rodrigo Granda, uno de los negociadores del grupo rebelde en la mesa de La Habana.
GOBIERNO OFRECE GARANTÍAS
Las FARC, que cuentan con unos 8.000 combatientes, temen que después de firmar la paz y convertirse en un partido político sean exterminadas por grupos de extrema derecha, como sucedió con la Unión Patriótica, un movimiento que surgió a mediados de la década de 1980 de un fallido proceso de paz.
Santos se comprometió a brindarles las garantías necesarias y a que las Fuerzas Militares participen en su protección.
"Les daremos todas las garantías (...) de eso se trata este proceso de paz: que dejen las armas y sigan haciendo su política con todas las garantías constitucionales y democráticas, pero sin violencia", sostuvo el presidente colombiano.
Desde que iniciaron la negociación de paz en Cuba a finales del 2012, las partes han logrado acuerdos para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, facilitar la conversión de la guerrilla en un partido político, combatir el narcotráfico, sobre el desminado y para la creación de una comisión de la verdad.
Actualmente, las partes buscan un acuerdo sobre compensación de las víctimas, que de acuerdo con Granda estaría "prácticamente consensuado" por lo que el líder rebelde pidió al Gobierno cerrarlo a la brevedad.
Sin embargo, aún queda pendiente el tema de la justicia, considerado como el más complejo de la negociación que busca poner fin al conflicto de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.
El Gobierno sostiene que la negativa de las FARC a confesar sus crímenes, pedir perdón a las víctimas y pagar las condenas así sea con penas alternativas a la cárcel, es el principal escollo a superar en la negociación, que pese a las crisis y altibajos, ha logrado más avances que los esfuerzos previos por poner fin a la confrontación. (Reporte de Luis Jaime Acosta en Bogotá y Nelson Acosta en La Habana, editado por Gabriela Donoso)