En una ciudad marcada por contrastes en la disponibilidad de agua, el programa Agua Bienestar, impulsado por el Gobierno de la Ciudad de México, emerge como una respuesta concreta para reducir las brechas de desigualdad hídrica en la capital. Este proyecto, que ya ha alcanzado a más de la mitad de las 16 alcaldías, ofrece agua potable de calidad a un precio accesible, beneficiando principalmente a comunidades en zonas de estrés hídrico y bajo desarrollo económico.
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La reciente inauguración de una planta purificadora en Xotepingo, encabezada por la jefa de gobierno, Clara Brugada Molina, puso de manifiesto la prioridad de este esfuerzo: garantizar acceso equitativo al recurso más esencial para la vida. Durante el evento, Brugada subrayó las disparidades alarmantes en la distribución del agua en la ciudad, donde algunos habitantes disponen de 500 litros diarios, mientras otros enfrentan severas carencias. “Nuestro objetivo es combatir estas desigualdades desde la raíz”, afirmó.
Agua accesible y calidad garantizada
El programa destaca por su enfoque directo en la economía familiar: garrafones de agua purificada a solo cinco pesos, una medida que ha sido recibida con entusiasmo por la población. En colonias como Santo Domingo (Coyoacán), Tierra Unida (Magdalena Contreras) y San Bartolo Ameyalco (Álvaro Obregón), así como en pueblos como San Miguel Topilejo (Tlalpan) y Santiago Tepalcatlalpan (Xochimilco), las familias han comenzado a sentir el impacto positivo de esta política.
“Este tipo de programas son un verdadero apoyo para nosotros. No alcanza el dinero para todo, y esto ayuda a que podamos cubrir una necesidad básica”, expresó Alfonso Velázquez de la Rosa, uno de los beneficiarios en Tláhuac.
Hasta ahora, Agua Bienestar ha distribuido 1,300 garrafones en nueve alcaldías, con planes de alcanzar una distribución semanal de 200,000 unidades en las siguientes etapas. La entrega se realiza de manera ordenada, sin incidentes, y con una creciente aceptación en cada punto habilitado.
Una iniciativa que transforma
Además del impacto económico, el programa ha traído esperanza a comunidades donde el agua es un bien escaso. “Aquí no hay agua, y este programa nos ayuda muchísimo. Espero que continúe porque es un gran apoyo”, comentó Alicia Ramírez, residente de Tlaltenco, Tláhuac.
El gobierno capitalino planea expandir Agua Bienestar a todas las alcaldías, consolidando así su compromiso con la equidad y el desarrollo social. Este esfuerzo no solo responde a una necesidad inmediata, sino que también plantea un modelo de justicia hídrica que otras ciudades podrían adoptar.
Mientras el programa avanza, la Ciudad de México da un paso significativo hacia la construcción de una sociedad más equitativa, donde el acceso al agua deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho garantizado.