En un importante avance comercial, Bruselas ha desestimado una propuesta de China de fijar un precio mínimo de venta de 30.000 euros para los vehículos eléctricos (VE) de fabricación china en Europa. Esta decisión se ha tomado en el contexto de una investigación antisubvenciones en curso de la Comisión Europea, que podría llevar a la imposición de aranceles de la UE a estas importaciones.
La negativa de la Comisión Europea a aceptar la oferta de los fabricantes chinos de VE se produjo hace aproximadamente un mes. La propuesta pretendía evitar los aranceles de la UE, que podrían entrar en vigor a partir del 31 de octubre y durar cinco años. El Gobierno chino esperaba que, fijando un precio mínimo de venta, podría evitar una avalancha en el mercado de vehículos de bajo precio que podrían subcotizar a los fabricantes europeos.
Los detalles de las negociaciones y las ofertas realizadas no se han hecho públicos, ya que las conversaciones son confidenciales. El rechazo se basó no sólo en el precio de venta propuesto, sino también en la preocupación por las subvenciones que reciben los fabricantes de automóviles chinos y que, según la Comisión Europea, distorsionan la competencia.
Los fabricantes chinos, entre ellos SAIC y BYD (SZ:002594), que cotiza en la Bolsa de Shenzhen, fijan actualmente el precio de sus modelos EV en Europa justo por encima del mínimo propuesto, a pesar de venderlos por mucho menos en China. Esta discrepancia indica la importancia del mercado europeo para estos fabricantes y su voluntad de adaptar sus estrategias de precios.
La Comisión se ha mostrado abierta a reconsiderar otras formas de compromisos de precios, como los precios mínimos y las cuotas de importación, a medida que avancen las negociaciones. Una posibilidad mencionada es fijar precios mínimos calculados individualmente para cada fabricante de automóviles o incluso por tipo de modelo, lo que tendría en cuenta factores como el tamaño del coche y la autonomía de sus baterías.
A medida que se acerca la fecha límite para una solución negociada, la Comisión ha advertido de aranceles de hasta el 45% para los VE fabricados en China si no se llega a un acuerdo. Mientras tanto, China ha aplicado recientemente medidas antidumping temporales a las importaciones de brandy de la UE, dirigidas a las marcas francesas, lo que se considera una respuesta al voto de la UE a favor de los aranceles a los VE.
Las negociaciones continúan y el Ministerio de Comercio chino ha sugerido la posibilidad de soluciones alternativas, como compromisos de precios flexibles, aunque no se han dado detalles concretos. El resultado de estas conversaciones será crucial para configurar el futuro del mercado de los vehículos eléctricos y las relaciones comerciales entre la Unión Europea y China.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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