BOGOTÁ, 23 abr (Reuters) - Colombia extraditó el lunes a Estados Unidos a un antiguo jefe paramilitar acusado del envió de decenas de toneladas de cocaína a Norteamérica, pese a los múltiples delitos cometidos en medio del conflicto armado por los que debe responder aún ante la justicia del país sudamericano, informó la Policía Nacional.
Daniel Rendón Herrera, de 52 años, más conocido con el alias de "Don Mario" en el mundo del crimen organizado, fue entregado a funcionarios de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) en un terminal aéreo de Bogotá.
Alias "Don Mario", exjefe de las desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia, había sido capturado por la Policía Nacional el 19 de abril de 2009 tras ser excluido de un acuerdo de paz, luego de comprobarse que continuó con sus actividades criminales después de someterse al proceso de desmovilización en 2006.
"La justicia le atribuye múltiples delitos causados a más de 6.000 víctimas, entre los que se cuentan homicidio en persona protegida, secuestro, fabricación y porte de armas, homicidio, concierto para delinquir, terrorismo, narcotráfico, tortura, desaparición forzada y conformación de grupos armados al margen de la ley", dijo un comunicado de la policía.
También es señalado de ser uno de los fundadores del Clan del Golfo, considerada en la actualidad como la principal banda criminal del país conformada por unos 1.500 combatientes y dedicada al narcotráfico y la minería ilegal.
Por su parte el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, reportó la captura de Ángel Eusebio Úsuga, hermano del principal líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias "Otoniel".
El ministro dijo que la captura se produjo en el departamento de Antioquia, en el noroeste del país, y lo acusó de manejar toda la infraestructura de procesamiento de la hoja de coca en pasta básica y cocaína para la exportación, además de dirigir una flotilla de lanchas rápidas usadas para sacar la droga del país y de lavar el dinero producto del narcotráfico.
La mayoría de integrantes de las bandas criminales, consideradas como la principal amenaza para la seguridad del país, pertenecieron a escuadrones paramilitares de ultraderecha que regresaron a la ilegalidad tras un acuerdo de paz en el que se desmovilizaron y entregaron las armas. Los paramilitares surgieron con el apoyo de ganaderos y terratenientes en la década de 1980 para combatir a la guerrilla izquierdista. (Reporte de Luis Jaime Acosta. Editado por Rodrigo Charme)