(Actualiza con comunicado de CBP, comentario de analista y medidas contra el COVID-19)
Por Mica Rosenberg y Frank Jack Daniel
CIUDAD DE MÉXICO, 4 feb (Reuters) - Funcionarios estadounidenses en Texas están liberando a un número cada vez mayor de familias migrantes centroamericanas bajo su custodia, debido a que autoridades locales en México se han resistido a aceptarlas de vuelta mientras las instalaciones de la patrulla fronteriza corren el riesgo de sobrepoblarse.
Dos gerentes de refugios dijeron a Reuters que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos comenzó a liberar a las familias la semana pasada a albergues en Laredo y Brownsville, frente al tramo fronterizo del estado mexicano Tamaulipas, la región más concurrida por la inmigración ilegal hacia el norte.
La hermana Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, dijo que la Patrulla Fronteriza ha enviado entre 50 y 80 familias a su refugio diariamente desde el 27 de enero, y 150 familias el jueves.
El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, por su sigla en inglés) confirmó que algunos migrantes estaban siendo liberados en Estados Unidos para esperar audiencias de inmigración, alegando que algunas instalaciones de detención estaban al máximo de capacidad.
Una fuente de CBP citó al COVID-19 y un cambio en la legislación mexicana entre los factores que "nos han obligado a adaptarnos".
Tamaulipas recientemente dejó de recibir a familias centroamericanas con niños menores de seis años expulsados de Texas, dijo una fuente estadounidense. Si México no acepta recibir a los migrantes, las autoridades estadounidenses deben mantenerlos bajo custodia o liberarlos hasta las audiencias de la corte de inmigración.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó ajustes "locales" a la política, citando la implementación de reformas a la ley de migración aprobada a fines del año pasado que limita cuándo niños pueden ser detenidos en centros de migración.
Un alto funcionario mexicano dijo que los cambios eran "ajustes menores" y parecían estar limitados a Tamaulipas.
Si las restricciones sobre el retorno de las familias se extendieran a otros estados y se aplicaran de manera más amplia, los funcionarios estadounidenses temen que podría avivar la migración que ya está en aumento desde Centroamérica, si se corriera la voz de que no todas las familias serán expulsadas.
La administración del presidente Joe Biden está tratando de deshacer algunas duras leyes migratorias de la era Trump sin acelerar las cosas en la frontera.
Desde que se implementó en marzo del año pasado una norma relacionada con la pandemia en Estados Unidos, llamada Título 42, México acordó permitir que este país devuelva a los centroamericanos atrapados cruzando la frontera ilegalmente, incluidas las familias con niños.
Pero en noviembre, México agregó nuevas protecciones para niños a una ley de migración que implica que los menores acompañados y no acompañados enviados de regreso a México deben ser puestos al cuidado de la agencia de servicios para menores, en lugar de en centros de detención de inmigrantes con adultos.
La agencia no cuenta con fondos suficientes y no está claro de inmediato si la ley se implementará ampliamente o cómo afectaría el procesamiento de migrantes de manera más amplia a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Por ahora, los cambios parecían ser menores y no estar siendo implementados otras secciones de la frontera concurridas por los migrantes, como El Paso y San Diego, donde las familias aún son regresadas a México, según los administradores de refugios locales.
"SIN LUNA DE MIEL"
Biden firmó una orden ejecutiva el 2 de febrero para revisar el procesamiento de asilo en la frontera de Estados Unidos, pero su administración ha dicho que los cambios en el sistema actual llevarán tiempo. más familias migrantes llegando a la frontera, y algunas ahora siendo liberadas en Estados Unidos, la administración Biden no tendrá un "período de luna de miel" para poner en marcha nuevos planes, dijo Theresa Cardinal, directora de inmigración y política transfronteriza en el Bipartisan Policy Center en Washington.
"La gente está llegando, no se puede detener todo mientras ellos crean el nuevo sistema", dijo Cardinal y agregó que la cooperación mexicana será clave para cualquier nueva planificación de políticas.
Datos de Estados Unidos muestran que hasta diciembre de este año fiscal, las autoridades de inmigración estadounidenses detuvieron a 5,175 familias entre Tamaulipas y Texas, más que en cualquier otro lugar de la frontera, pero menos que en el mismo período del año anterior.
En general, las cifras de detenciones fronterizas han aumentado, por encima de 70,000 en los últimos meses y se espera que lleguen a 80,000 en enero.
Los expertos atribuyen el aumento a las dificultades económicas en Centroamérica, azotada recientemente por dos potentes huracanes y por la pandemia, así como a las expectativas de una política migratoria más relajada tras la llegada de Biden.
Los defensores que trabajan en Tamaulipas dicen que el campamento de Matamoros, principalmente de solicitantes de asilo frente a Brownsville, ha aumentado a alrededor de 1,000 personas desde 750 en diciembre, por que algunos migrantes han regresado de otras partes de México con la esperanza de que se les permita cruzar.
La hermana Pimentel agradeció la decisión de enviar menos familias a México. Tamaulipas, por ejemplo, tiene un historial de violencia contra los migrantes, incluida una masacre de 19 personas en enero. Una docena de policías estatales han sido acusados del crimen. es una respuesta muy humana enviarlos a México con todos los abusos que tienen que enfrentar. Tenemos una mejor capacidad para manejarlos", dijo.
Otro administrador del refugio de Texas, Mike Smith, director de The Holding Institute en Laredo, señaló que las familias que habían acogido informaron que les habían realizado controles de temperatura para detectar COVID-19 mientras estaban bajo custodia, pero no pruebas para el coronavirus.
Las pruebas realizadas en su refugio arrojaron tres casos positivos de COVID-19, detalló.
Desde entonces, el albergue se ha quedado sin pruebas para el coronavirus y está intentando distanciar socialmente a los migrantes, según Smith. (Reporte de Mica Rosenberg en Nueva York y Frank Jack Daniel en Ciudad de México; Reporte adicional de Mimi Dwyer en Los Angeles, Ted Hesson en Washington, Lizbeth Diaz en Ciudad de México y Laura Gottesdiener en Monterrey. México; Traducido por Sharay Angulo)