Por Philip Pullella y Caroline Stauffer
TRUJILLO, Perú, 20 ene (Reuters) - Un emblemático cardenal estadounidense tomó distancia el sábado de los comentarios del Papa Francisco sobre un caso de abuso sexual, una señal que subraya las divisiones en la Iglesia Católica sobre cómo tratar las acusaciones.
El cardenal Sean O'Malley de Boston dijo en un comunicado que "es comprensible" que los comentarios hechos por el Papa el jueves en Chile sean "una fuente de gran dolor para los sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero o cualquier otro perpetrador".
En respuesta a la pregunta de una periodista sobre las acusaciones contra Juan Barros, un obispo chileno nombrado por el Papa en 2015 y acusado de proteger a un pedófilo, Francisco dijo: "El día que me traigan una prueba contra el Obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia. ¿Está claro?".
Los comentarios del Papa que parecen desacreditar a los acusadores fueron ampliamente criticados por las víctimas, sus defensores y en editoriales de los principales medios en Chile y Argentina, país natal del primer pontífice latinoamericano.
Barros ha sido acusado de proteger a su antiguo mentor, el padre Fernando Karadima, quien fue encontrado culpable en una investigación del Vaticano en 2011 de abusar de adolescentes durante muchos años. Él niega las acusaciones y Barros dijo que no estaba al tanto de ninguna fechoría. El caso Barros-Karadima ha consternado a Chile durante años.
En su comunicado, O'Malley dijo que "palabras que transmiten el mensaje 'si no pueden probar sus afirmaciones, entonces no se les creerá' abandonan a quienes han sufrido reprobables violaciones a su dignidad humana y relegan a los sobrevivientes al exilio desacreditado".
La declaración fue aún más notable porque O'Malley encabezó una comisión papal que aconsejaba al pontífice sobre cómo erradicar el abuso sexual en la Iglesia. El mandato de tres años de la comisión finalizó el mes pasado y su futuro no está claro.
O'Malley dijo que no podía "hablar por qué el Santo Padre eligió las palabras particulares que usó en ese momento", pero aseguró que el Papa "reconoce plenamente los atroces errores de la Iglesia y su clero que abusó de niños y el impacto devastador de esos crímenes sobre los sobrevivientes y sus seres queridos".
Para muchos, el comentario del Papa socavó su reconocimiento público días antes del "dolor y vergüenza" por la violación y el abuso sexual de niños por parte de sacerdotes y de una reunión con víctimas.
Incluso la conservadora prensa escrita de Chile criticó los comentarios del Papa.
En tanto, en una columna del biógrafo papal Sergio Rubin en Clarín, el periódico de mayor circulación en el país natal de Francisco, Argentina, proclamó el viaje a Chile como su peor visita al extranjero en los cinco años transcurridos desde su elección.
Juan Carlos Claret, un portavoz de los católicos críticos de Barros en Osorno, donde sigue siendo obispo, dijo el sábado que estaba preocupado de que las palabras del Papa disuadan a más víctimas de hablar.
"¿Qué incentivo van a tener las víctimas de aquí en adelante de recurrir a contar su verdad cuando, por más que la justicia chilena y vaticana le encuentran la razón, para el papa finalmente son puras mentiras?" dijo Claret a Reuters.
"De nada sirve que el Papa venga a Chile a hablar de pobreza y medioambiente si finalmente no se hace cargo de lo único que le importa a la comunidad chilena", agregó en una entrevista telefónica. (Reporte de Caroline Stauffer en Lima, reporte adicional de Felipe Iturrieta en Santiago. Editado en español por Patricio Abusleme)