QUITO, 19 jul (Reuters) - Como un vendaval, el modesto Independiente del Valle consiguió en poco tiempo lo que otros equipos de Ecuador de más trayectoria y poder no han logrado en décadas: encarnar la ilusión de los hinchas locales y llegar a la final de la Copa Libertadores tras apenas seis años en el profesionalismo.
En pocos meses, el equipo -fundado en 1958 como un club de amigos en Sangolquí, un pueblo a las afueras de Quito- sumó una hinchada tan grande como la que acompaña a la selección en el Estadio Olímpico Atahualpa en sus partidos por la eliminatoria sudamericana al Mundial.
Miles de ecuatorianos hinchas de varios equipos pugnaban por conseguir una entrada para el partido de ida del miércoles ante Atlético Nacional de Colombia en la final de la Copa Libertadores, una demanda que estaba reservada al "Tri".
"Es un equipo que además de ser humilde es generoso. Todos somos sus hinchas, nos ilusionan con sus triunfos", dijo Margarita Alvarado, empleada en una empresa privada de 39 años.
Hasta el presidente Rafael Correa, un confeso amante del fútbol, se unió a la fiebre por Independiente. "Con humildad, con sudor, con sobra de calidad, está en la final de la Copa Libertadores. Felicitaciones Independiente (...) un orgullo para la patria entera", dijo el mandatario el fin de semana.
Independiente del Valle se suma a otros dos equipos, mucho más poderosos, que llegaron a las instancias definitorias del torneo. Barcelona clasificó a la final de la Copa en 1990 y 1998 y Liga Deportiva de Quito se consagró campeón en 2008.
Los "negriazules" se adueñaron de los hinchas gracias a la solidaridad mostrada con miles de damnificados del devastador terremoto que azotó al país en abril y dejó más de 660 muertos.
Independiente donará casi un millón de dólares de la taquilla de sus partidos en la Libertadores a un fondo para apoyo de la población afectada.
Después del primer partido del equipo en la Copa en el Olímpico Atahualpa "la gente se involucró emocionalmente con los muchachos (...) Ellos mismos no entienden la magnitud de lo que están haciendo y eso ha hecho que la gente se comience a encariñar con ellos", dijo el gerente comercial del club, Francisco Quiñones.
Los hinchas ecuatorianos se han encolumnado tras un equipo que pasó la primera ronda del torneo acompañando al Atlético Mineiro de Brasil y eliminando a Colo Colo de Chile. Y tras el paso a los octavos de final comenzó una seguidilla inolvidable, para Independiente y para todo el país.
En octavos superó a River Plate tras ganar como local y aguantar los embates del equipo argentino en Buenos Aires. Y en cuartos dejó atrás a Pumas UNAM de México antes del receso por la Copa América Centenario. Y este mes dio el gran golpe al eliminar al también argentino Boca Juniors, al que venció tanto de local como de visita.
El éxito de Independiente se atribuye al proceso formativo de los jugadores, que llegan al club desde los 12 años. La dirigencia destina un tercio de su presupuesto anual a que los jóvenes escalen hasta el equipo profesional. En la actualidad, las divisiones menores tienen unos 100 jugadores.
"Es una prioridad destinar la mayor parte del presupuesto para las formativas, para la formación de los chicos. Tenemos la calidad de buenos futbolistas y el talento necesario (...) los chicos tienen ADN de campeones", dijo el dirigente del club Nelson Herrera a Reuters.
La formación pasa por la parte futbolística, académica y emocional en un centro de alto rendimiento, operativo desde el 2007, cuando el equipo pasó a manos de un empresario ecuatoriano que apostó a su desarrollo profesional. (Reporte de Alexandra Valencia. Editado por Javier Leira)