Por Frank Jack Daniel
CHIHUAHUA, México, 20 ene (Reuters) - Invocando el legado del caudillo revolucionario Pancho Villa y armado con una dura investigación de corrupción contra el partido gobernante en México, el gobernador del estado fronterizo de Chihuahua está sacudiendo las elecciones presidenciales sin estar en la carrera.
El combativo perfil del gobernador Javier Corral surgió a fines de diciembre cuando sus fiscales arrestaron a una figura destacada del oficialista Partido revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto por supuestos desvíos de hasta 250 millones de pesos (13 millones de dólares) en fondos estatales para campañas electorales.
Las irregularidades en el financiamiento de las elecciones que su gobierno investiga en Chihuahua, donde 5 personas han sido encarceladas por corrupción política bajo su predecesor, deberían ahora ser investigadas en otros estados, dijo Corral a Reuters en una entrevista el viernes.
"Queremos hacer una verdadera revolución en el país", dijo el gobernador de bigotes en su oficina con paneles de madera donde tiene colgado un con gran retrato de Villa, el legendario general de la revolución mexicana de hace un siglo que vivió y murió en el estado.
Como el "héroe de la revolución mexicana", Villa puso a Chihuahua a la vanguardia del cambio en México, algo que Corral dijo que quería repetir, esta vez desarmado, para romper lo que llamó un "pacto de impunidad" que la clase política ha transgredido para encubrir prácticas corruptas.
Desde que Peña asumió el cargo en 2012, los escándalos de corrupción, muchos en los estados gobernados por su partido PRI, han sacudido repetidamente al Gobierno. Sin embargo, las investigaciones han seguido principalmente el enriquecimiento personal en lugar de cómo se usa el soborno para financiar campañas políticas.
"¿En serio, no se favoreció al PRI en Veracruz, Quintana Roo, en Nuevo León?, dijo Corral, enumerando estados donde los exgobernadores han sido investigados por corrupción e incluso algunos han ido a prisión.
Cuando el Gobierno federal retuvo unos 700 millones de pesos (unos 36 millones de dólares) en financiamiento federal a Chihuahua después del arresto el mes pasado de un operador del PRI, Alejandro Gutiérrez, Corral rompió con la etiqueta política mexicana al acusar públicamente a la administración de Peña de usar el presupuesto como arma para controlar a estados rebeldes.
"La zanahoria para los que se portan bien, y el garrote para los que se portan mal", dijo el norteño funcionario.
En su defensa, y tras las acusaciones, el Gobierno federal dijo que los fondos fueron cortados a Chihuahua por razones presupuestarias y técnicas, no como venganza. El mismo presidente salió en defensa de sus funcionarios y dijo, en un mensaje inusual, que Corral había politizado el asunto.
La investigación del Gobernador podría tener consecuencias para la propia carrera electoral de julio si reclama más "cabezas" de alto perfil o se extiende a otros estados.
El sábado, Corral inició una protesta nacional de dos semanas en la que recorrerá 1,810 kilómetros desde Ciudad Juárez, en Chihuahua, hasta la Ciudad de México con el fin de mantener su causa en el ojo de la nación.
Corral, un miembro del opositor Partido de Acción Nacional, dijo que nada de esto está relacionado con las elecciones, pero sus acciones se consideran beneficiosas para Ricardo Anaya, el candidato del partido en coalición con un partido de centro izquierda.
El gobernador, que asegura que rechazó las llamadas de su partido para postularse como presidente, dijo que si no gana Anaya estaría contento con la victoria del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, pero no de la del candidato del PRI, José Antonio Meade, quien "representa lo mismo de lo que estamos combatiendo".
CRUZADA SOLITARIA
Hasta ahora, la cruzada de Corral ha sido solitaria. Si bien todos los candidatos presidenciales juran que aplastarán la corrupción, varios gobernadores estatales, incluidos algunos de su propio partido, han cuestionado la afirmación de Corral de que el Gobierno federal lo acosa.
Sin embargo, hay indicios de que la presión de Corral sobre el Gobierno está teniendo repercusiones en su intento de llevar a su predecesor fugitivo, Carlos Duarte, de regreso a México para enfrentar la justicia y devolver cientos de millones de dólares que se le acusa de haber robado.
Esta semana, el candidato del PRI, José Antonio Meade, agudizó su propia retórica contra la corrupción. Días más tarde y cinco meses después de que Corral buscara el arresto de Duarte, el fiscal general de México dijo que solicitaron la extradición de Duarte, aunque no aclaró ante qué país. Se cree que el exgobernador está en Estados Unidos.
Corral dio la enhorabuena a esa medida, pero dijo que se dieron demasiadas advertencias anticipadas que podrían haber permitido que Duarte escape y agregó que su predecesor debe ser llevado a casa para enfrentar la justicia.
"Sobre todo lo que buscamos es resarcir a Chihuahua el daño patrimonial que ocasionó, o sea, recuperar el dinero de lo robado", dijo. (Traducido por Lizbeth Díaz. Editado en español por Patricio Abusleme)