(Actualiza con posturas de Presidencia de Guatemala y cancillería de Honduras y nueva información)
Por Luis Echeverria y Sofia Menchu
VADO HONDO, Guatemala, 17 ene (Reuters) - Fuerzas de seguridad de Guatemala utilizaron el domingo palos y gas lacrimógeno para hacer retroceder la primera gran caravana de migrantes centroamericanos de 2021 que partió de Honduras el viernes y busca llegar a Estados Unidos, a pocos días de que asuma la presidencia Joe Biden.
Tras cruzar de forma forzosa el punto fronterizo Florido, miles de migrantes empezaron a concentrarse por la tarde del sábado en un retén militar en Vado Hondo, en Chiquimula, donde primero les pidieron documentos y una prueba negativa a COVID-19 en medio de forcejeos, que en la noche escalaron a choques.
El domingo temprano, unos 6,000 migrantes que pernoctaron en la zona y permanecían agrupados sobre una carretera trataron de atravesar la barricada de más de 3,000 policías y soldados, pero fueron repelidos, según la autoridad migratoria guatemalteca.
Imágenes de video compartidas por el gobierno de Guatemala y por medios locales en redes sociales mostraron a cientos de migrantes presionando contra un muro de las fuerzas de seguridad, que usaban escudos y palos para repeler la oleada de personas. Un número todavía indeterminado resultó con heridas.
Durante el choque, los efectivos dispararon gas lacrimógeno y utilizaron una granada aturdidora para dispersar a la multitud, dijo aparte un fotógrafo de Reuters.
Hacia el atardecer del domingo, un grupo más reducido de unas 2,000 personas, que lucían agotadas con hambre y sed, seguía varado en Vado Hondo en espera de poder avanzar hacia México, según testigos. Algunos de los migrantes se dispersaron por la montaña o tomaron distintas rutas.
Las autoridades guatemaltecas habían calculado en la víspera que entre 7,000 y 8,000 personas entraron a su territorio desde el viernes, tratando de huir de la violencia y la pobreza agravada por la pandemia del coronavirus y el paso de dos potentes huracanes en la región a fines de 2020. el viernes y el sábado, Guatemala había enviado de regreso a casi 1,000 migrantes que ingresaron desde Honduras, dijo la autoridad migratoria. Un total de 21 integrantes de la caravana, de nacionalidad hondureña, resultaron positivas a la prueba de COVID-19, según el Ministerio de Salud de Guatemala.
Funcionarios habilitaron autobuses para los migrantes que querían regresar a casa voluntariamente, y Presidencia de Guatemala dijo que estos traslados se estaban realizando con apoyo del gobierno mexicano "para garantizar el retorno ordenado y seguro de los migrantes hacia su país de origen".
"Guatemala coordinó con autoridades de México, El Salvador, Honduras para abordar el tema", respondió la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia guatemalteca a una solicitud de comentarios de Reuters.
"No se va a aceptar este tipo de movimientos irregulares masivos por lo que se trabaja de manera conjunta con los países del área para abordarlo como un tema regional", agregó en un comunicado.
No obstante, el gobierno de Honduras a través de su cancillería, manifestó su preocupación por los hechos y exhortó a Guatemala a investigar y esclarecer las acciones realizadas por los cuerpos de seguridad de ese país.
"EXTRAORDINARIAMENTE PELIGROSO"
La caravana actual se desarrolla pocos días antes de que el presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Biden, asuma el cargo.
Aunque algunos migrantes dijeron estar alentados por una posible flexibilización de las políticas migratorias bajo una nueva administración en Estados Unidos, la dura respuesta sugiere que Biden puede beneficiarse inicialmente de las medidas de línea dura del presidente republicano saliente Donald Trump.
"Lo que había dicho el presidente nuevo, Joe Biden, dijo que iba a haber paso libre, que pasáramos todas las caravanas. Entonces yo no me explico por qué está pasando eso, por qué los guatemaltecos se ponen a favor de los norteamericanos y los mexicanos", dijo el hondureño Joaquín Ortiz tras el choque.
Un funcionario del equipo de transición de Biden aconsejó a los migrantes no dirigirse a Estados Unidos. "Superar los desafíos creados por las políticas caóticas y crueles de los últimos cuatro años, y los presentados por COVID-19, llevará tiempo", dijo el funcionario, que prefirió mantener su nombre en reserva.
"El viaje a Estados Unidos sigue siendo extraordinariamente peligroso", agregó.
Mientras tanto, el gobierno de México, que también reforzó los controles en su frontera sur, reconoció la labor de Guatemala por actuar de manera "firme y responsable" respecto a los contingentes de migrantes que "vulneraron su soberanía" a través de un comunicado de la cancillería la noche del sábado. (Reporte de Sofía Menchú y Luis Echeverría en Guatemala, Gustavo Palencia en Tegucigalpa y Laura Gottesdiener en Monterrey, escrito por Sharay Angulo. Editado por Miguel Angel Gutiérrez)