Investing.com – Las autoridades monetarias reconocen que la inflación en México ha dado señales positivas a la baja, impulsado por la mitigación de los choques derivados de la pandemia y del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, sumado al efecto de la apreciación del peso mexicano.
Pero el panorama aún es complejo, con la inflación subyacente aún en niveles muy elevados y que ha mostrado resistencia a bajar, con la previsión de que la inflación no subyacente podría dejar de contribuir a la baja el índice general y con el balance de riesgos sesgado al alza. Esto imprime incertidumbre sobre la consolidación del proceso desinflacionario en el país para llevar el alza de los precios al consumidor al objetivo del 3%.
Esto ha llevado a que en el interior de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) se mantenga una posición restrictiva y con la visión unánime de que las tasas de interés deberán mantenerse en su nivel actual, en 11.25%, por un periodo prolongado.
“Si bien la inflación ha descendido su camino hacia la meta aún es largo y con desafíos significativos. Por ello, (un miembro de la Junta de Gobierno) consideró que la tasa debe permanecer en su nivel actual durante un periodo aún prolongado”, consignaron las minutas de la reunión de política monetaria del 10 de agosto, que Banxico dio a conocer esta mañana.
Entre los riesgos para la inflación se observan: la persistencia del componente subyacente en niveles elevados, la posibilidad de mayores presiones de costos, principalmente provenientes de la fortaleza del mercado laboral y de la demanda interna. Un miembro de la Junta consideró que la posibilidad de que la economía crezca por encima de 3% podría generar presiones inflacionarias.
Las actas de las discusiones de los políticos monetaristas han dejado en claro que el instituto central aún no está listo para discutir el inicio de los recortes a la tasa de interés.
Las posiciones de los integrantes de la Junta de Gobierno advierten cautela, sobre todo en las guías a futuro, dejando en claro que el problema inflacionario aún no está resuelto.
“Se debe transmitir que actualmente no es prudente discutir la posibilidad de recortes en la tasa de referencia y que deberá continuar en su nivel actual por un tiempo prolongado que permita observar mejoras sustanciales en el panorama inflacionario, al tiempo que busque propiciar un ajuste ordenado de la economía y de los mercados”, comentó un integrante de la Junta.
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La definición concreta de un “periodo prolongado” no está dada, pero hay voces que advierten sobre las previsiones de los analistas que esperan un recorte a las tasas este año: “aún es prematuro considerar una posible reducción, inclusive en el caso de un ajuste fino para evitar una postura demasiado restrictiva”, dice una de esas voces consignadas en las minutas.
Esta voz señaló que el apretamiento de la postura restrictiva continuará mediante el manejo pasivo de la política monetaria y estimó que la normalización hacia una postura neutral se vislumbra más allá del horizonte de pronóstico.
“En la guía prospectiva se debe seguir caracterizando como prolongado al periodo en el que la tasa objetivo se mantendrá fija, dado que dicho periodo pudiera extenderse en lo que resta del año”, dijo.
Y hay posiciones que van más allá. Uno de los participantes en la reunión de política monetaria dijo que la elevada incertidumbre sobre el proceso inflacionario y el balance de riesgos sesgado al alza obligan a seguir actuando con cautela, favoreciendo una postura de política monetaria flexible y condicionada a la nueva información.
“Apuntó que por ello no puede descartarse que el nivel de restricción monetaria deba mantenerse por más tiempo de lo previsto o incluso que se requiera de un mayor apretamiento”, comentó.
La ecuación es compleja, en la que influyen otros escenarios como el rezago en la inversión física y la caída en la productividad, hasta la situación financiera de Pemex que pudiera ejercer un impacto notable en las finanzas públicas, la estabilidad financiera y el tipo de cambio.
De hecho, uno de los miembros de la Junta indicó que estos son dos factores de riesgo con implicaciones significativas para la conducción de la política monetaria en el corto y mediano plazo, los cuales obligan a no apresurarse con el retiro de la restricción monetaria.
“Ello es una condición necesaria no solo para inducir la convergencia de la inflación a la meta, sino también para administrar los riesgos asociados con dicha convergencia”, dijo.