Por Laila Kearney y Sebastien Melo
NUEVA YORK, 12 jul (Reuters) - Desde la parada de autobús más cercana, los trabajadores recorren más de un kilómetro de acera descuidada y agrietada antes de llegar al Trump Golf Links en Ferry Point Park en el Bronx, con sus campos impecables, trampas de arenas y amplias vistas de los rascacielos de Manhattan.
Mientras decenas de jugadores de golf, en su mayoría hombres caucásicos vistiendo pantalones caqui y polos, golpean pelotas por todo el campo, los trabajadores limpian los pequeños carros y recortan el césped. Ellos mantienen el club limpio y seguro.
Al igual que Andris García, un guardia de seguridad de 22 años, muchos son latinos, inmigrantes o descendientes de inmigrantes. Trabajan para Donald Trump y se sienten ofendidos por los comentarios sobre la inmigración del candidato republicano a la presidencia.
"Está mal lo que ha dicho sobre los mexicanos porque vinieron aquí para hacer un trabajo decente, como todo el mundo", dijo García, quien tiene raíces dominicanas. "Sólo porque son mexicanos, no significa que ellos vinieron aquí para vender drogas o matar a la gente", agregó.
Desde el anuncio de su candidatura a la nominación republicana el mes pasado, Trump se ha enfrentado a la furia de latinoamericanos y a la cancelación de importantes acuerdos de negocios después de que acusó a México de enviar violadores y otros criminales a Estados Unidos.
Activistas inmigrantes han organizado protestas contra Trump en Los Ángeles y Washington. Empresas como NBC y la minorista Macy Inc. han recortado los lazos con él. La Administración de Aviación Federal de Estados Unidos dijo que cambiaría el nombre de las balizas de navegación conocidas como Trump.
Los comentarios de Trump han sido desconcertantes y dolorosos para los empleados latinos en sus negocios, que se extienden desde resorts, a concursos de belleza y campos de golf, incluyendo Ferry Point.
"Yo no soy un asesino, no soy un traficante de drogas", dijo un joven de 17 años de edad, anfitrión de Ferry Point y de origen puertorriqueño y dominicano, que pidió no ser identificado. "Soy un estudiante a punto de ir a la universidad y tener una carrera exitosa", afirmó.
El empleado dijo que algunos de sus compañeros de trabajo latinos, inmigrantes mexicanos particularmente, estaban molestos por los comentarios de Trump, pero no consideraría dejar su empleo a causa de ellos. "Somos muy trabajadores", dijo. "Trabajamos para demostrar que no somos lo que dicen que somos".
Ron Lieberman, vicepresidente ejecutivo de Administración y Desarrollo de la Organización Trump, dijo que los empleados de Ferry Point parecen contentos y no se han quejado de las declaraciones de Trump, que se referían a los controles fronterizos y no a la cultura.
El campo Ferry Point está entre los 17 operados por Trump, incluyendo el Trump International Golf Links en Aberdeen, Escocia, y el Trump National Golf Club en Los Ángeles, donde se realizaría el Grand Slam de Golf 2015 en octubre. La PGA de Estados Unidos planea trasladar ese evento debido a la controversia en torno a los comentarios de Trump.
"Quedé absolutamente horrorizado que diga algo así de la comunidad mexicana", dijo el bloguero puertorriqueño Ed García Conde y agregó que era injusto que Trump se beneficie de un negocio como el de Ferry Point, que se ubica en el Bronx, un barrio habitado por una extensa comunidad de latinos.
El lunes, Trump emitió un comunicado de tres páginas reforzando sus comentarios, pero agregando que Estados Unidos se beneficia de los residentes legales mexicanos. (Editado en español por Mónica Vargas)