Esta semana se cumple un año del inicio de una oleada de ventas en activos considerados de mayor riesgo, entre ellos el peso mexicano, por los temores con relación a la pandemia de COVID-19.
Cuando la venta masiva global comenzó el 20 de febrero del pasado año, los inversionistas y operadores más optimistas apostaron a que sería de corta duración y que se limitaría en gran medida a Asia. En marzo, el coronavirus estaba arrasando en todo el mundo y el peso mexicano se depreciaba a su peor nivel histórico, por momentos en el mercado al mayoreo cerca de $26.0 spot. Se registraron episodios de pánico a nivel mundial.
Un año después de este inicio del “crash”, ahora los inversionistas están sopesando cuánto más puede durar el repunte de la recuperación después de que una avalancha de estímulos haya empujado la valoración de la mayoría de las monedas emergentes, incluida la mexicana.
Un repunte impulsado en gran medida por esfuerzos fiscales y monetarios sin precedentes que ha hecho que el peso mexicano recorte las pérdidas, aunque las economías siguen siendo frágiles y la vida en muchos lugares sigue estancada en medio de una distribución de las vacunas más lenta de lo esperado. El optimismo para 2021 se basa en una pandemia que retrocede lentamente y en el continuo apoyo de los gobiernos a la economía.
La cantidad de estímulo que actualmente se encuentra distribuido entre las distintas economías es el mayor cambio en las condiciones desde donde estábamos hace un año frente a una pandemia de Covid. Nunca se había aplicado una cantidad similar de apoyos fiscales y monetarios coordinados. Ni siquiera en la gran crisis de 2008- 2009 se observaron apoyos como los actuales, en particular los fiscales.
También le ayudó al peso el tema político en EUA, con el triunfo de Biden y el inicio de la producción de las vacunas antiCovid, fármacos que en promedio resultaron con alta efectividad (arriba de 90%).
En gran medida, el comportamiento de la divisa mexicana se explica por factores externos (caída generalizada del dólar). Sin embargo, conviene destacar que localmente contribuyó también el hecho de que durante el segundo semestre de 2020 las principales agencias calificadoras mantuvieran sin cambios la calificación de la deuda soberana de México (y de Pemex).
A diferencia de algunos índices de renta variable, como los de EUA, donde los niveles hoy en día ya superaron los valores previos a la pandemia, en el caso de la moneda mexicano este todavía se encuentra 1.50 pesos por debajo de los niveles previos al inicio de la oleada de ventas de activos de mayor riesgo. Esto es importante, porque a pesar de la existente percepción de un peso fuerte y una relativa normalidad de tener un tipo de cambio de $20.0, este acumula todavía una depreciación cercana al 8.0% respecto a los niveles de inicios de 2020.
Después de una fuerte apreciación en noviembre del año pasado, en los últimos tres meses, el comportamiento de la moneda mexicana ha sido volátil pero en tendencia neutral (promedio una cotización de $19.98), moviéndose la mayor parte del tiempo en un rango acotado de $19.60-$20.40.
Por momentos, da la impresión de que actualmente los operadores ya han descontado todo lo bueno (apoyo incondicional de la FED, plan de estímulos de Biden, avances en la vacunación y buenos resultados empresariales,) y esperan ahora nuevos catalizadores positivos para mejorar el rally reciente de ganancias.
Sin embargo, consideramos que son posibles mejores niveles en el peso mexicano en las próximas semanas y que sólo se requiere por lo menos uno de los siguientes dos elementos: certeza de que el paquete de apoyos fiscales estadounidense se aprobará rápido y prácticamente sin modificaciones en el monto original propuesto (1.9 billones de dólares) y; que el proceso de vacunación se dinamice. El primero luce más factible de concretarse en el muy corto plazo. Para esta semana está programado que concluya la redacción de la legislación que será sometida a votación en el congreso estadounidense, y probablemente la siguiente semana sea ratificado por ambas Cámaras para su aprobación antes de que concluya el mes. Este elemento es suficiente para pensar que el tipo de cambio busque se encamine de nueva cuenta al $19.60.
Entre más demore su aprobación, los operadores seguirán cautos y sin consolidar las ganancias. De hecho, esto se refleja en los niveles actuales de incertidumbre, medidos por la volatilidad de la cotización cambiaria. Estos todavía están por arriba de los registrados previos a la pandemia, lo que sigue demostrando la sensibilidad de la moneda ante factores externos.
El tema de la vacunación, los mercados financieros por momentos se desesperan ante la situación sanitaria global, ya que aunque el número de contagios diarios del COVID-19 muestra una disminución en las últimas semanas, aún se encuentra en niveles altos, con respecto a los observados antes de noviembre del año pasado. Por eso es que por momentos se registran caídas en los precios de los activos de mayor riesgo, entre ellos el peso mexicano.
Sin embargo, creemos que en los próximos meses el proceso de vacunación mundial (y en nuestro país) se va acelerar, muy probablemente a finales del primer trimestre o inicios del segundo. Esto sin duda, ayudará a aplanar la curva de contagios de COVID-19. Asimismo, una vez que pase el invierno boreal, las cosas pueden mejorar en términos de intensidad en los casos nuevos de la enfermedad. Hoy en día, globalmente se están aplicando cerca de 6.2 millones de dosis diarias; hace una semana eran la mitad de ese número.
En este sentido, ya no sólo se hablará de más capacidad productiva de las vacunas existentes que cuentan con autorización de emergencia (Pfizer (NYSE:PFE), Moderna (MX:MRNA) y AstraZeneca (LON:AZN)), también serán noticia otros proyectos de vacunas que terminen recibiendo su autorización para distribuirse (quizá Johnson & Johnson (NYSE:JNJ), Sputnik V y CanSino), anuncios de sinergias entre laboratorios y farmacéuticas para potencializar la producción, así como varios tratamientos (retrovirales) eficaces contra el SARS-COV-2.
Con estas mejoras en esos dos elementos (estímulos fiscales en EUA y aceleración en la vacunación global), no se puede descartar que la moneda se aprecie hacia $19.0 (entre marzo y abril).