Sin un cambio político probablemente los activos argentinos seguirán bajando. Noto a mucho inversor local intentando encontrar una historia que justifique tener activos argentinos en cartera frente a una coyuntura que desde la crisis COVID a inicios de 2020 cambió terminantemente toda la geografía de activos financieros en el mundo, impactando notablemente en sus valuaciones y abriendo oportunidades de posicionamiento impensadas al 31 de diciembre 2019.
Enormes oportunidades de posicionamiento en activos globales se comenzaron a identificar desde el primer trimestre 2020 cuando el COVID hizo colapsar a todos los mercados de acciones del mundo, incluido Estados Unidos. Vender por entonces riesgo argentino y comprar riesgo norteamericano se asocia probablemente a una rotación de cartera de alto retorno si uno lo mide desde marzo 2020 hasta la actualidad. Quienes tomaron dicha decisión se asociaron a Estados Unidos en la recuperación. Quienes no lo hicieron, se asociaron a una recuperación argentina que por el momento no ocurrió.
Si se compara por ejemplo, la performance del SPDR® S&P 500 (NYSE:SPY) (ETF que replica acciones de Estados Unidos) desde el 31 de diciembre 2019 hasta la actualidad con el retorno por ejemplo, de Banco Galicia ADR, se observa que mientras Estados Unidos está +29% arriba, Galicia muestra una performance negativa de -54%. Si dicho cálculo se realiza desde los mínimos de esta crisis ocurrido en marzo 23 2020, mientras Estados Unidos está +87% arriba, Galicia solo muestra un +14% de retorno positivo.
La brecha sanitaria y el castigo a emergentes
Esta dinámica se extiende si uno observa los retornos de los índices de los principales países del mundo en materia de acciones. Desde inicios de año por ejemplo, Canadá (iShares MSCI Canada ETF (NYSE:EWC)) lidera la recuperación con +14% de retorno. Inglaterra sigue con +12% (iShares MSCI United Kingdom ETF (NYSE:EWU)), Estados Unidos y Alemania siguen (SPDR® S&P 500 (NYSE:SPY) y iShares MSCI Germany ETF (NYSE:EWG)) con +11%, Australia con +10% (iShares MSCI Australia ETF (NYSE:EWA)). Sin embargo, iShares MSCI Emerging Markets ETF (NYSE:EEM) (ETF que replica emergentes), solo está +5% positivo, China iShares China Large-Cap ETF (NYSE:FXI)) +1% arriba. Brasil exhibe un retorno negativo de -6% y Galicia está en rojo en -15%.
Si bien Galicia, al ser un papel puntual y no un índice no compara directamente, es importante destacar que lo consideramos en este análisis por ser el Global X MSCI Argentina ETF (NYSE:ARGT) un ETF poco representativo de acciones argentinas y la idea es solo marcar tendencias generales tomando a Grupo Financiero Galicia (BA:GGAL) SA ADR (NASDAQ:GGAL) como mero proxy de riesgo argentino.
La brecha sanitaria llegó para quedarse
Resulta evidente con estos números que el mercado internacional está marcando notables diferencias entre los países más desarrollados del mundo que muestran un manejo mucho más eficiente de la pandemia respecto a emergentes. Mientras que el primer mundo está un +10% arriba, emergentes muestra una muy clara underperformance que podría extenderse durante todo el 2021 de la mano de una crisis sanitaria que denota mucha más gravedad actual en emergentes que para el G10. La brecha sanitaria tendrá enormes consecuencias en la recuperación económica que el mundo desarrollado muestre versus economías emergentes. El problema incluso es que cuando dicha crisis sanitaria comience a cesar digamos para finales del 2021, emergentes puede encontrarse con otro problema: un mundo con tasas de interés mucho más altas que podrían acentuar la underperformance de caras al 2022 también.
Elecciones en Argentina
Queda claro que las perspectivas relativas para activos emergentes vienen perdiendo fuertemente versus países del G10 y en ese entorno Argentina enfrentará hacia el fin de este año elecciones de mitad de término con una característica que vuelve a repetirse en nuestro país: las elecciones tienen la potencialidad de convertirse otra vez en un evento binomial con dos resultados muy extremos nuevamente tal como ocurrió en las últimas elecciones. Si bien éstas son de mitad de término, el contendido y mensaje político de las mismas muy probablemente le den un rango de extrema binomialidad y significatividad. A niveles de precios mucho más bajos tanto en bonos como en acciones, el escenario 50%/50% parecería estar intacto.
30 dólares más abajo para Galicia, pero la misma binomialidad
De esta forma, si los resultados saliesen en favor de la oposición podríamos ver un rally de ADRs argentinos pero dicho rally probablemente sería limitado y ni de cerca se acercaría a lo que se observó por el 2013. Las razones son múltiples pero podemos resumirlas en dos. Primero, con suba de tasas de interés internacionales, a todo emergente se le complicará el futuro de los próximos años y eso es sin considerar brecha sanitaria. Segundo, gane quien gane en Argentina y dado lo pendular del electorado, la incertidumbre futura será altísima comprometiendo toda financiación adicional en el mercado de deuda y de inversiones. Argentina probablemente deberá encarar los próximos años con limitada capacidad de deuda e inversión, aspectos que complican toda recuperación posible.
Por lo tanto, aun en el mejor escenario posible, los activos argentinos deberán descontar un futuro difícil en toda dimensión que ni cerca podrá acercarse a lo acontecido entre junio 2013 y febrero 2018 en donde Galicia por ejemplo, generó retornos de+1000%. Y si los resultados fuesen en favor del oficialismo los activos argentinos bien podrían mostrar otra ola de negatividad extrema acentuando lo que hoy es un muy prolongado bear market. Que hoy argentina esté “barata” respecto al 2018 no implica que estos activos deban subir en consecuencia, de hecho, podrían bajar mucho más. Todavía la caída puede ser muy significativa tanto en ADRs como en bonos.
Activos argentinos de caras al 2021
Aún si en el futuro cercano tuviera sentido posicionarse en activos argentinos y eso es un supuesto fortísimo, no sorprendería que bonos y ADRs vayan a nuevos mínimos en los próximos tres meses de la mano de una incertidumbre electoral extrema y probablemente creciente, sumado a una crisis sanitaria y económica de alta gravedad percibida desde Wall Street. De esta forma y frente a esta bitonalidad, el bear market de activos argentinos podría culminar en breve o seguir por décadas. En este contexto y a partir de las enormes oportunidades que abrió el COVID desde el histórico castigo a activos norteamericanos del 23 de marzo 2020, refloto lo siguiente: desde mínimos de crisis Lehman (marzo 2009), el Nasdaq está +1000% positivo. ¿Tendrá sentido rotar parcialmente cartera hacia Argentina o por el contrario, permanecer comprado riesgo norteamericano teniendo de socio a un Reserva Federal que no para de emitir y expandir balance?