La incertidumbre económica provocada por el coronavirus ha nublado las previsiones de muchos sectores de la economía. Esto incluye a las empresas del sector minorista, que estarán en primera línea de fuego si esta enfermedad global obliga a los consumidores a quedarse en casa y no consumir.
Pero no todas las minoristas se enfrentan a los mismos riesgos: si bien se espera que la industria juguetera estadounidense sea la más afectada, porque más de un 85% de sus productos se fabrican en China, es probable que algunas grandes minoristas de alimentación se lleven la peor parte de las consecuencias.
Y la Reserva Federal intervino ayer para ayudar a tratar de limitar el alcance de los daños, implementando un recorte de tipos de emergencia destinado a prevenir una recesión global a medida que el virus continúa lastrando la actividad económica de China y de todo el mundo.
Según los analistas, el sector minorista de Estados Unidos se verá afectado tanto por cuestiones de demanda como de cadena de suministro a medida que el virus se expande por más estados. Los analistas de Cowen han escrito en una nota esta semana:
"La disminución de la confianza de los consumidores, el descenso del tráfico minorista potencialmente grave y los cierres temporales de las tiendas están suscitando factores de riesgo que dependen de variables inciertas como la propagación geográfica del virus o el momento en que se implementen las soluciones para su contención/erradicación".
La parte buena
Si bien la situación sigue siendo muy inestable mientras los economistas tratan de entender el daño que podría causar la propagación de esta enfermedad en los próximos días y semanas, esta agresiva respuesta monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos está ofreciendo un punto de vista positivo a los minoristas.
El banco central recortó ayer los tipos de interés de referencia clave en 50 puntos básicos para ayudar a las empresas y los consumidores mientras la economía estadounidense atraviesa este duro golpe. La relajación monetaria de la última década ha alimentado un auge sin precedentes en el gasto minorista, ayudando a los minoristas a aumentar su rentabilidad.
Aunque no sea inmediatamente, los recortes de los tipos de interés serán netos positivos para las acciones de las minoristas, especialmente para los supermercados y cadenas más grandes como Walmart (NYSE:WMT), Target (NYSE:NYSE:TGT) y Home Depot (NYSE:NYSE:HD), que están mejor posicionados que los actores más pequeños para soportar una crisis económica.
Observando los precios de sus acciones desde el brote del coronavirus, es bastante obvio que estas empresas ofrecen una mejor actuación que el mercado en general y algunos inversores se están refugiando en ellas.
Las acciones de Walmart y Costco Wholesale (NASDAQ:COST), por ejemplo, están ofreciendo una mejor actuación durante esta venta masiva que otros minoristas. Han subido un 1% y un 2% respectivamente durante este último mes, mientras el S&P 500 perdía alrededor de un 5%.
Los minoristas que podrían no salir muy bien parados de esta crisis sanitaria son aquéllos que dependen de la ropa y no venden alimentos. Un brote generalizado de coronavirus también podría lastrar la demanda de las cadenas de grandes almacenes, como Kohls (NYSE:KSS) o Nordstrom (NYSE:NYSE:JWN).
Las grandes minoristas estadounidenses, incluido Walmart, se consideran defensivos, ya que estas empresas se recuperan rápidamente tras el shock inicial debido a la naturaleza de su negocio. La gran red de tiendas de Walmart, su enorme poder para exprimir a sus proveedores y la rápida mejora de las ventas online le dan un estatus de refugio seguro. Un factor que favorece a este minorista por encima de otros son sus fuertes ventas relacionadas con la alimentación. Gracias a esto, está mejor aislado del revuelo del coronavirus que muchos competidores porque los alimentos provienen principalmente de Norteamérica.
Con esta fuerte posición en el mercado, lo que más importa a los inversores es la capacidad de la compañía para proporcionar efectivo de forma regular. Walmart cuenta con una gran trayectoria en este ámbito también. Desde que repartiera su primer dividendo en marzo de 1974, Walmart ha elevado su pago todos los años y ahora ofrece un dividendo anual de 2,16 dólares y una rentabilidad del 1,86%.
En conclusión
Es difícil imaginar que las acciones de las minoristas no noten el impacto de la rápida propagación del coronavirus en Estados Unidos. Los consumidores sin duda limitarán las visitas a las tiendas y, en el caso de una ralentización económica, sus gastos también. Pero los grandes supermercados, incluyendo Walmart y Costco, ofrecen un sólido potencial de ingresos y una buena cobertura en caso de que la economía se ralentice o caiga en recesión.