Después de la sesión muy positiva de ayer, la presión regresa al mercado cambiario mexicano, con la cotización del tipo de cambio por momentos de nuevo por arriba de $21.0 spot. Los mercados financieros globales siguen controlados por el miedo, la incertidumbre y la especulación. Hasta que no se tranquilicen las cosas en el tema geopolítico, será muy difícil predecir la tendencia de corto y mediano plazo. Además, la atención también se enfoca en los resultados de la reunión del Banco Central Europea y el repunte esperado en la inflación al consumidor en EUA. Así, por el resto del día, el tipo de cambio podría fluctuar entre los $20.92 y $21.12 spot (el euro entre $1.105 y $1.113).
Con relación al conflicto bélico, concluyeron sin avances las conversaciones sobre los corredores humanitarios ni el alto al fuego entre los ministros de Asuntos Exteriores de Ucrania y Rusia, en la reunión de más alto nivel celebrada desde el inicio de la invasión y que se celebró en Turquía.
Esto reduce la euforia de ayer de que podrían registrarse avances en la búsqueda de concluir los bombardeos en Ucrania. La realidad es que pensar que la situación concluirá pronto parece más un acto de fe por parte de los mercados, sobre todo en lo que respecta a Rusia, ya que hay escasas pruebas de que se pueda confiar poco en sus declaraciones y comentarios.
También, después del respiro de ayer con fuertes caídas en los precios de las materias primas, estas retoman la tendencia alcista, particularmente los energéticos. Esto a pesar de que los Emiratos Árabes Unidos, presionados por EEUU, abrieran la puerta a que la OPEP+ aumente su producción más rápido de lo previsto. Washington está intentando que fluya más petróleo en los mercados tras prohibir las importaciones de petróleo ruso, con el objetivo de contener la escalada y evitar un shock energético. Pese a estos esfuerzos, el crudo vuelve a repuntar. El barril de West Texas avanza un 4.50% a 114 dólares por barril.
Por su parte, los recientes acontecimientos en Ucrania muy probablemente harán que la inflación, lejos de ser transitoria, no sólo siga siendo elevada, sino que además se incremente en el transcurso de los próximos meses.
En este sentido, a pesar de que todavía no refleja el impacto de la guerra en Ucrania, los precios al consumidor en EUA subieron 0.8% en febrero, en línea con lo esperado. Así, la tasa anual sube a 7.9%, un nuevo máximo en cuatro décadas. El rubro subyacente, aquel que excluye bienes volátiles como energéticos y alimentos, en términos anuales se ubicó en 6.4%.
Con estos datos y dado que no superó las expectativas, en CIBanco anticipamos que la FED subirá en solo 25 puntos base su tasa de fondeo durante la reunión del próximo 16 de marzo, lo que ayuda un poco a los activos de mayor riesgo al disminuir las apuestas de que el incremento en la tasa podría ser de 50pbs. Si bien en esta ocasión los precios no estuvieron por arriba de lo pronosticado, el problema hacia adelanta para el banco central estadounidense es que el mercado anticipaba una desaceleración de la tasa anual de inflación a partir del segundo trimestre, una estimación que se ha quedado obsoleta por la guerra en Ucrania y su impacto en el precio de las materias primas.
Además, en este escenario de mayores presiones inflacionarias se llevó a cabo la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). El estallido de la guerra en Ucrania ha puesto al BCE en una encrucijada complicada, al enfrentar el reto de tener que equilibrar una desaceleración del PIB, un aumento de la inflación, así como la perspectiva de que podríamos ver un estímulo fiscal por parte de los líderes de la UE para intentar alejarse de la energía rusa. El tono del comunicado fue un poco más hawkish de lo esperado. La autoridad monetaria anuncia que acelerará la reducción de sus dos programas de compras de bonos.
A finales de este mes concluirá el plan extraordinario antipandemia (PEPP) y a partir de ahí, el volumen de compras netas del programa denominado APP (programa ampliado de compras de activos) será de 40 mil millones de euros en abril, de 30 mil millones en mayo y de 20 mil millones en junio. Además, abre la puerta a concluirlo en el tercer trimestre si el alza de la inflación sigue su curso, tras lo que podría comenzar a subir las tasas de interés, aunque esta normalización de tasas se haría de forma gradual. El Banco se muestra más preocupado por la inflación que por las implicaciones negativas de la guerra en el crecimiento de la región.
Por último, tras una apertura indecisa después del optimismo que se vivió ayer en el mercado y que llevó a los índices europeos y estadounidenses a registrar importantes revalorizaciones, las principales bolsas en el mundo se decantan por las pérdidas en una sesión de nuevo volátil.