Vineyard Wind es una sociedad participada al 50% por Iberdrola (MC:IBE) y Copenhagen Infrastructure Partners(CIP). Esta compañía quiere llevar a cabo un parque eólico de 2.800 millones de dólares y 800 megavatios, el mayor proyecto de este tipo que se está desarrollando en EE.UU. en estos momentos.
El proyecto se encuentra comprometido por la demora de su comienzo, lo que dejaría en el aire la obtención de beneficios fiscales, necesarios para asegurar la viabilidad de los dos proyectos a realizar en las costas de Massachusetts. A pesar de la negativa, por la necesidad de realizar un estudio más detallado sobre el impacto que supondría el parque eólico, el mercado está registrando la viabilidad del proyecto y dando por hecho que la compañía va a luchar para poder llegar a realizarlo.
En los estudios realizados para ver la viabilidad del parque eólico, se tuvieron en cuenta los beneficios fiscales que habría obtenido el proyecto en caso de haberlo comenzado a finales de 2019, de un 18%, lo cual le permitía obtener un LROE a 20 años (el ingreso nivelado de electricidad) de 98 dólares/MWh, lo que estaría formado por el LROE de la instalación 1 (24 dólares/MWh) y la 2 (33 dólares/MWh). Pero hay que tener en cuenta que con el LROE se realiza un descuento del flujo de ingresos que obtendría de la fuente de energía renovable, contando con los créditos fiscales. Por otro lado, su LCOE indica el coste a escala comercial de un parque eólico en la costa de Massachusetts, sin los créditos fiscales y construido a principios de 2020, el cual estaría entre 160 dólares/MWh y 120 dólares/MWh.
Este LCOE es considerado demasiado conservador por la compañía, debido a que este coste es de 98 dólares/MWh. Y, es que, al tener un coste mayor que el beneficio compromete la viabilidad del proyecto. Por ello, cuando surgen estos casos, se ofrecen ayudas para construir las instalaciones, para que de esta manera se ayude a que el LROE (ingresos) pueda ser mayor que el LCOE (gastos). Esta es la razón por la que es tan importante que el Departamento de Interior de EE.UU. no se retrase demasiado en los procesos de revisión sobre los efectos acumulativos que podrían originar para la vida marina y la industria de la pesca.
En el caso de que el proyecto comience antes del 1 de enero de 2020, según el calendario para la obtención de los beneficios fiscales, podría obtener un 12% de crédito a la inversión, lo que es crucial para poder lograr el precio competitivo de 67,97 dólares/MWH. Pero, en el caso de no ofrecer ninguna ayuda, el proyecto se vería gravemente comprometido, cuestionando en gran medida su viabilidad debido a lo comentado anteriormente. Aún existe algo de esperanza en que se puede extender el calendario de beneficios fiscales, lo cual sería muy bien recibido por la compañía, en caso de que finalmente comience el proyecto ya entrado 2020.
Vineyard Wind cuenta con el apoyo de congresistas y senadores pero, al final, el desbloqueo del proyecto y la probación corresponde al del Departamento de Interior que, debido también a su apoyo a los combustibles fósiles, estaría retrasando el proyecto lo suficiente para que la empresa no consiga los beneficios fiscales.
En conclusión, la no obtención del crédito fiscal comprometería en gran medida la viabilidad del proyecto debido a la relación de los costes y beneficios de los flujos de caja descontados y, por otro lado, podría carecer de su ventaja competitiva en cuanto a precios. A pesar de haberse desviado de su plan inicial de iniciar el proyecto a finales de 2019, la compañía se ha mostrado fuerte ante la realización de su propuesta, mostrando también la posibilidad de una extensión del calendario de los beneficios fiscales. El mercado, por su lado, refleja confianza en las palabras de Iberdrola, pensando que va a defender el proyecto para que finalmente se realice.