El 29 de julio de 2016 se realizó la reunión ordinaria de la Junta Directiva del Banco de la República, en la que una vez más se decidió incrementar la tasa de interés en 25 puntos básicos y la situó en 7,75%. Para llegar a esta decisión, la junta del Emisor tuvo en cuenta aspectos como la incertidumbre de la economía internacional por el Brexit, la normalización de la política monetaria de Estados Unidos y el precio del petróleo.
En cuanto al ámbito local, los miembros de la Junta destacaron que los datos recientes de la inflación superan los esperados por el mercado lo que llevó a aplicar un aumento en la tasa de intervención dentro de su política.
Según las minutas del Banco, la mayoría de los Directores votó por incrementar la tasa de interés de intervención. Este grupo resaltó que los resultados de la inflación siguen sorprendiendo al alza, con aceleraciones en la variación anual de los precios de varios componentes del IPC y reajustes mensuales en los precios de una proporción atípicamente alta de los ítems que componen dicho índice.
Además, señalaron que la persistencia de la inflación en niveles superiores a la meta refuerza el desanclaje de las expectativas de inflación y activa mecanismos de indexación. Para los directores del Banrepública, esto reduce la credibilidad de la autoridad monetaria y disminuye la probabilidad del cumplimiento de la meta del 3%, en el 2017.
Por tal razón, consideraron que un incremento adicional en las tasas de interés disminuye la probabilidad de que se consolide un escenario con una inflación persistentemente superior. Quienes votaron a favor de subir las tasas, anotaron que, ante la fuerte incertidumbre de los mercados internacionales, persiste el riesgo de futuras presiones a la devaluación y por esta vía a la inflación.
“Dado el ajuste ordenado que ha venido teniendo la economía colombiana, aún hay espacio para un incremento adicional en la tasa de referencia, sin generar una desaceleración excesiva”, señaló la entidad, lo que abre la posibilidad que haya otro incremento en las tasas. Por su parte, quienes votaron por mantener las tasas de intervención en 7,5%, justificaron su decisión en que la demanda interna muestra evidentes síntomas de desaceleración. La evolución esperada de la economía mundial y, en particular, de los socios comerciales del país, indica un deterioro adicional en la demanda externa.
A su vez, la demanda interna recibirá otro choque negativo en el horizonte de política, bien sea por la contracción en el gasto implícita en el proyecto de presupuesto para 2017 o por la presentación de la reforma tributaria anunciada por el Ejecutivo. El incremento reciente en la inflación se debe a nuevos choques de oferta, que no han afectado las expectativas de mediano plazo y el nivel actual de las tasas de interés es alto, lo que induce la convergencia de la inflación a la meta, en el horizonte de política.