Editorial
La semana pasada estuvo marcada por la reunión de política monetaria de la Reserva Federal. La FED y su presidente Powell ofrecieron al mercado financiero una combinación de anuncios formada por tres mensajes importantes: mayor crecimiento económico para 2021, mezclado con una inflación temporal que a su vez permitirá mantener la tasa de fondeo al 0% hasta 2023. Sin embargo, no hubo una acción específica para hacer frente a las recientes alzas de tasas de bonos del tesoro estadounidense de largo plazo. La FED calma temporalmente a los mercados, pero no ha desactivado por completo lo que está detrás de la reciente oleada de bonos soberanos. Así, la reacción de los mercados financieros globales fue de altibajos, reflejo de una clara división entre los inversionistas optimistas sobre el crecimiento económico y aquellos preocupados por el aumento de inflación y con ello de las tasas de los activos de renta fija de largo plazo. Localmente, lo más destacable fue el asunto legal relacionado con la Ley de la Industria Eléctrica.
Como esperaba el consenso del mercado las mayores novedades por parte de la FED vinieron de la mano de las estimaciones de crecimiento económico. El avance en el proceso de inmunización y el nuevo paquete de estímulos de 1.9 billones de dólares que ha aprobado por el ejecutivo de Joe Biden se convierten en los catalizadores de la recuperación.
Al mismo tiempo, consideró que el repunte de los precios será transitorio y no afectará a las expectativas de inflación a largo plazo, que siguen firmemente ancladas en el 2%. Por ello, pronosticó que las tasas de interés permanecerán en los actuales mínimos históricos hasta 2023, ya que su prioridad ahora es impulsar la recuperación.
Además, la reunión de la FED se produjo en un contexto marcado por el repunte de las rentabilidades ante las crecientes expectativas inflación. Pero la sacudida que vive el mercado de deuda pública parece no ser suficiente para que la institución modifique sus proyecciones en lo que a la tasa de fondeo respecta. Los miembros de la FED prevén que la tasa de referencia permanezca en los niveles actuales hasta finales de 2023.
Pese a todo, siguen sin verse medidas concretas por parte del banco central estadounidense para enfrentar la situación actual de oleada de ventas en el mercado de bonos soberanos. La autoridad descartó una excesiva preocupación por el reciente repunte en las tasas de los bonos, por lo que las subidas en este indicador, desafiando a la FED, se intensificaron hacia final de la semana a un nuevo máximo de 13 meses, alrededor de 1.75%.
A nuestro juicio, la decisión de no intervenir directamente en la curva de tasas de interés (comprar bonos de largo plazo) es buena porque muestra fortaleza de la FED a no ceder a todo lo que pidan los inversionistas financieros, sin embargo mantendrá la volatilidad en los mercados financieros, dejando abierta la especulación sobre los siguientes datos económicos, sobre todo referentes a la inflación. Habrá que ver si este escenario ideal planeado por la FED, con un gran crecimiento económico y una inflación transitoria que se suavizará, se cumple realmente. Si es así, el mercado de bonos se mantendrá contenido. En caso contrario, las condiciones financieras que tanto le gusta controlar a la FED pueden tensionarse.
Además, de la FED, también se reunieron los bancos centrales de Inglaterra y Japón. El primero, también mantuvo sin cambios su actual política monetaria y reafirmó que está listo para tomar cualquier acción adicional que sea necesaria para lograr su cometido, subrayando que no tiene la intención de endurecer su política monetaria al menos hasta que haya evidencia clara de que se está logrando un progreso significativo hacia la recuperación económica. El segundo, hizo más flexible su meta actual de nivel de tasa de interés de largo plazo (10 años).
En materia económica, las principales referencias provinieron de EUA, la mayoría de los datos publicados fueron de febrero y mostraron impactos negativos por el mal clima que afectó gran parte de la Unión Americana, destacando las caídas en ventas al menudeo, producción industrial, inicios y permisos de construcción de casas. También las solicitudes iniciales de desempleo mostraron un aumento sorpresivo a máximos de un mes.
Con relación a la pandemia, el asunto en Europa con respecto a la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca (LON:AZN) concentró la atención. Las perspectivas de recuperación tras la pandemia siguen siendo divergentes entre Estados Unidos y Europa. La orden del Presidente Joe Biden de la semana pasada de que la vacunación esté disponible para todos los adultos para el 1 de mayo, contrasta con la decisión de Alemania, Francia, Italia, España y otros países, de suspender temporalmente el uso de la vacuna de AstraZeneca debido a la preocupación por los posibles efectos secundarios graves.
En México, se dieron a conocer las primeras suspensiones definitivas contra la aplicación de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, es decir, con vigencia indefinida o hasta que se resuelva en definitiva el amparo, cuya primera audiencia está prevista para el 27 de abril. Así, se detiene la entrada en vigor de dicha reforma y no podrá ser aplicada, ni siquiera a aquellas empresas que no han tramitado amparos. Previamente, el presidente López Obrador adelantó que, en caso de que sea declarada como inconstitucional, propondrá otra reforma, pero esta vez a la Constitución (después de las elecciones intermedias de junio).
El peso mexicano tuvo una semana positiva, la segunda consecutiva, moviéndose entre las noticias positivas por parte de los anuncios de la FED y la preocupación por la escalada en las tasas de interés de bonos soberanos de largo plazo. Sin embargo, a diferencia de días pasados parece que la moneda mexicana se ha ido acostumbrando a estas subidas de tasas, que aunque generan depreciaciones el grado de afectación en el tipo de cambio cada vez es menor. A nuestro juicio, la decisión de la FED de no intervenir directamente en la curva de tasas de interés (comprar bonos de largo plazo) mantendrá la volatilidad en los mercados financieros, en particular en el cambiario mexicano, dejando abierta la especulación sobre los siguientes datos económicos, sobre todo referentes a la inflación.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Los mercados financieros globales seguirán regidos, en mayor medida, por los vaivenes en las tasas de interés de los bonos de largo plazo, en particular el del Tesoro estadounidense a 10 años. En este sentido destaca la comparecencia de Powell en el congreso estadounidense y una nueva subasta de bonos de EUA, que aunque son de corto y mediano plazo, destaca la de títulos a 7 años.
Adicionalmente, en EUA se conocerá revisión del PIB del 4T20; de febrero: índice de actividad nacional de la FED de Chicago, ventas de casas usadas y nuevas, órdenes de bienes duraderos, inventarios al mayoreo e ingreso y gasto personal; de marzo: índice manufacturero de la FED de Richmond y sentimiento del consumidor medido por la Universidad de Michigan; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, habrá dato de PMI compuesto y confianza del consumidor todo de marzo. En Alemania, índice de clima de negocios del grupo IFO de marzo.
En México, habrá reunión de política monetaria por parte de Banxico y conoceremos las ventas al menudeo e IGAE de enero; de febrero, tasa de desempleo y balanza comercial y la inflación de la primera quincena de marzo.
Expectativa para el Tipo de cambio
Ante falta de catalizadores robustos, el comportamiento del peso mexicano continuará definido en gran medida por los niveles de las tasas de interés de bonos soberanos. Hay posibilidades de que la del tesoro de EUA a 10 años alcance nuevos máximos desde enero de 2020. En este sentido, será importante la comparecencia de Powell, presidente de la FED, en el congreso estadounidense. Seguramente el asunto del mercado de bonos soberanos saldrá en la discusión, por lo que será una nueva oportunidad para el funcionario de buscar calmar las preocupaciones y especulaciones al respecto. Los mensajes seguramente serían similares a los expresados en la última reunión de la FED.
Además, habrá subasta de bonos del tesoro y aunque no son de largo plazo, destaca la de 7 años, ya que una baja demanda en la anterior para este plazo provocó la primera oleada fuerte en el mercado de bonos globales. A falta de una intervención directa de la FED en el mercado de dinero, noticias económicas positivas le seguirán jugando en contra a los activos financieros de mayor riesgo, como es la moneda mexicana, por la especulación en torno a un posible sobrecalentamiento económico y con ello mayores presiones inflacionarias. Asimismo, el tema de Turquía podría generar efectos contagios (aunque temporales) en la mayoría de los activos de economías emergentes, incluido el peso mexicano. Localmente, la atención se enfoca en lo que hará Banxico en su encuentro de política monetaria. Los más recientes acontecimientos (inflación repuntando y alta volatilidad en los mercados financieros globales), le han reducido el margen para un nuevo recorte en la tasa de fondeo. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $20.20 y $21.0 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar una baja o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.45% – 6.90%.