El lunes, los inversionistas se sintieron lo suficientemente optimistas sobre la resolución del conflicto de Ucrania como para deshacerse de los bonos del Tesoro de EE.UU., ya que la preocupación por la inflación y el inminente ciclo de subidas de tasas de interés de la Reserva Federal impulsaron los rendimientos al alza.
Sin embargo, en el momento de la publicación del martes, las negociaciones no habían progresado y la ofensiva rusa parecía haberse intensificado. En consecuencia, los rendimientos están bajando.
Sin embargo, el lunes, el rendimiento del billete del Tesoro a 10 años de referencia se disparó más allá del 2.044% del año y superó el 2.14%. Desde finales de febrero, el estallido de la guerra en Ucrania había hecho huir a los inversionistas hacia la seguridad y llevó el rendimiento a 10 años hasta casi el 1.72%.
El lunes pudieron realizarse las primeras evacuaciones exitosas de Ucrania a través de corredores humanitarios. El martes, Rusia siguió golpeando las ciudades ucranianas, y las víctimas civiles siguen aumentando.
Aun así, la Fed parece decidida a proceder a su primera subida de tasas de interés desde 2018. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha fijado la subida inicial esta semana en un cuarto de punto, pero los mercados están previendo ahora una alta probabilidad de siete subidas este año, para un total del 1.75%.
El miércoles, la Reserva Federal también publicará proyecciones de inflación y crecimiento futuros por parte de los responsables de la política monetaria del Comité Federal de Mercado Abierto, lo que debería proporcionar algunas pistas sobre futuras subidas de tasas.
El índice de precios al consumo de EE.UU. de febrero, publicado la semana pasada, alcanzó el 7.9%. Es probable que suba aún más, ya que la guerra de Ucrania y las sanciones occidentales hacen subir los precios de las materias primas. Los economistas pueden debatir sobre la durabilidad de la inflación actual, pero nadie duda de que los precios seguirán subiendo en un futuro próximo, con previsiones de IPC en la franja del 8-9%.
Aparte de la guerra de Ucrania, una nueva ronda de restricciones en China, al aplicar su política de cero-COVID, prolongará las interrupciones de la cadena de suministro. Esto podría exacerbar la inflación, así como la ralentización del crecimiento económico mundial.
La buena noticia es que el aumento de los rendimientos a largo plazo ha evitado una inversión de la curva de rendimientos, en la que los rendimientos de los bonos a corto plazo superan a los de largo plazo, aunque el rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años ha subido por encima del 1.86% para reflejar la inminente acción de la Reserva Federal sobre las tasas a corto plazo. Una inversión suele considerarse un presagio de recesión.
Los bonos soberanos europeos siguen el ejemplo del Tesoro
Los mercados de bonos soberanos europeos están siguiendo una trayectoria similar en cuanto a la subida de los rendimientos después de que el Banco Central Europeo sorprendiera la semana pasada a los inversionistas al acelerar su reducción de las compras de bonos, reduciéndolas a 20 millones de euros (21.9 millones de dólares) al mes en junio, en lugar de alcanzar ese nivel en octubre, como estaba previsto inicialmente.
La rentabilizdad del bono alemán a 10 años, referencia para el conjunto de la eurozona, subió 11 puntos base el lunes, alcanzando el 0.35%. Al igual que los bonos del Tesoro, los rendimientos de los bonos de la zona euro han bajado el martes. El rendimiento del Bund alemán volvió a caer en territorio negativo tras el estallido de las hostilidades en Ucrania, aunque actualmente sigue cotizando en un rango positivo.
La respuesta directa del nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, de anunciar un importante aumento del gasto militar se tradujo en hechos cuando la ministra de Defensa, Christine Lambrecht, dijo el lunes que Berlín comprará 35 cazas F-35 y otros 15 aviones Eurofighter equipados para la guerra electrónica.
La situación europea es más compleja que la de Estados Unidos. El aumento de los precios de la energía debido a la interrupción de los suministros rusos tendrá un impacto mucho mayor en la inflación de Europa, pero la política monetaria no puede hacer mucho al respecto. El efecto secundario de impulsar sueldos más altos no es muy evidente hasta ahora.
Al anunciar una reducción más rápida de las compras de bonos, el BCE dijo en un principio que no procedería necesariamente a subir las tasas de interés una vez que cesaran las nuevas compras de bonos. En lugar de ello, los responsables de la política económica habían hecho hincapié en un enfoque medido.