Mal terminó enero, y peor empezó febrero. La causa de los males está en el desplome del mercado de bonos y el fuerte repunte en la tasa de 10 años, algo de lo que hemos venido advirtiendo en estas páginas. La tasa de 10 años, antes de conocerse el dato de empleo, ya estaba jugueteando con el nivel de 2.8% y los futuros de Wall Street se tambaleaban. Pero lo peor vino tras el dato de empleo, que no sólo vino más firme de lo esperado, sino que además registró un repunte importante en el aumento de los salarios, que ya está en máximos de 2009. Para ver más sobre la tasa de 10 años lea ¿En qué nivel se puede acabar lal fiesta?
Las remuneraciones por hora subieron un 0.3% en enero, por encima de la tasa de 0.2% que estimaban los analistas. Pero además, el dato de diciembre se revisó al alza, de 0.3% a 0.4%. Como resultado de los dos efectos, la tasa anual de las remuneraciones por hora se trepó a 2.9%, comparado con 2.7% en diciembre (revisado al alza de 2.5%). La tasa de 2.9% es, como decimos, la más elevada desde el 2009 y sugiere que las presiones salariales se están acentuando y puede repercutir en una mayor inflación, lo que pone a la Fed ante la tesitura de actuar con más contundencia.
Además, el empleo sigue creciendo a un ritmo alto. En enero se crearon 200,000 empleos, por encima de los 180,000 que estimaba el mercado. Diciembre, por otro lado, se revisó al alza de 148,000 a 160,000 aunque noviembre se revisó a la baja de 252,000 a 216,000, por lo que las revisiones netas de los dos últimos meses en verdad fue 24,000 empleos menos de los inicialmente publicados. La tasa de desempleo se mantuvo sin cambios en 4.1%, en línea con el consenso del mercado. En ese nivel ha encadenado ya 4 meses, que a su vez representa un mínimo desde el año 2000.
El caso es que la fortaleza del dato dio otro golpe a los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Las proyecciones de la Fed eran de elevar las tasas de interés tres veces a lo largo del año, pero el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, sugirio que podría haber más alzas este añ-o con el fin de enfriar el crecimiento económico.
De este modo, la tasa de 10 años brincó a un máximo intradía de 2.85% para cerrar la jornada en 2.84%, otro máximo desde 2014. Wall Street, cuyo futuros indicaban una apertura con retrocesos, sufrió un batacazo aún mayor conforme avanzaba la jornada, para cerrar con fuertes pérdidas. Al final de la sesión, el Dow Jones se despeñaba un 2.54% para acabar en los 25,520.96 pts en tanto el Nasdaq se hundía un 1.96% para concluir en los 7,240.95 pts. El S&P’s 500, el índice que mejor mide el tono general del mercado, se desfondó un 2.12% para terminar en los 2,762.13 pts. Con esos movimientos, la semana fue horrenda para Wall Street. En estos cinco días, el Dow Jones se ha dejado un 4.1%, el S&P’s 500 un 3.9% y el Nasdaq un 3.5%. Desde el verano de 2016, el S&P’s 500 no registraba una caída tan profunda en una semana.
El varapalo de esta semana ha emborronado el formidable rally que llevaba el mercado en este 2018. El rendimiento del S&P’s 500 en el año es de 3.3%, en tanto la del Dow Jones es de 3.2%. El Nasdaq ha ganado un 4.9% desde que empezó el 2018.
Ningún sector se salvó en la jornada de hoy. Los once cerraron con retrocesos, liderados por el de energía (-4.1%), luego de los flojos reportes de algunas petroleras como Exxon Mobil (NYSE:XOM) y Chevron (NYSE:CVX), así como por la caída de los precios del crudo: los futuros del WTI cedieron un 0.5% a 65.45 dólares y los del Brent un 2.1% a 68.22 dólares. Otros sectores que fueron despedazados fueron los de el de tecnología de la información (-3.0%), materiales (2.6%), servicios de telecomunicaciones (-2.6%) y financiero (-2.2%). El que menos perdió fue el de servicios públicos (-0.7%). Una de las pocas acciones que se salvó de la masacre fue Amazon (NASDAQ:AMZN), que trepó un 2.9% luego de que ayer se hundiera un 2.9%. Apple (NASDAQ:AAPL), sin embargo, se despeñó un 4.3% para cerrar en su nivel más bajo desde octubre.
La gran pregunta es si esto no es más que la esperada corrección de los mercados, o el inicio del fin de este mercado “bull”. El dilema es difícil de resolver: por un lado, el crecimiento económico se está acelerando y las utilidades corporativas se ven boyantes. Por otro lado, un ajuste al alza de las tasas parece saludable y su objetivo es evitar un sobrecalentamiento de la economía. El peligro, por tanto, reside más bien en la velocidad en la que se ha producido el ajuste en las tasas de interés. El nivel crítico parece ser el 3%: más de uno prevé que hay se pudría producir una corrección en el mercado bursátil.
Quien se benefició del alza de tasas fue el dólar, que llevaba una larga etapa alicaído. El índice spot de Bloomberg se recuperó el viernes un 0.9%. Con el avance de hoy, dicho índice ganó un 0.5% en la semana. Todas las grandes divisas perdieron terreno hoy contra el dólar. El rand sudafricano se deprimió un 1.9%, el real brasileño un 1.5% y el peso mexicano un 1.4%. Además, la libra esterlñina bajó un 1.0%, el yen japonés un 0.74% y el euro un 0.4%.
En el resto del mundo, las bolsas también se hicieron pedazos al tiempo que las tasas de interés brincaban. En Alemania, la tasa de 10 años se elevó en 5 pbs, en España 6 pbs o en Italia 8 pbs. Y esa tendencia también repercutió en las bolsas europeas. El Ibex-35 de Madrid perdió un 1.81%, el Dax de Fráncfort un 1.68% y el Cac-40 de París un 1.64%.
Tampoco ayuda a los mercados la guerra que la Casa Blanca ha entablado contra el FBI y el Departamento de Justicia respecto a la investigación sobre la trama rusa. Hoy, el presidente Donald Trump desclasificó un informe en el que acusa al FBI de haber manipulado información sobre la trama rusa con el fin de perjudicarle y favorecer a los demócratas. Con ese informe, Trump pretende desprestigiar las investigaciones que está llevando el FMI sobre los supuestos nexos entre el equipo de la campaña presidencial de Trump y el gobierno ruso. El informe fue elaborado por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y ha sido interpretado como una contraofensiva de Trump para frenar los avances de las investigaciones. Por otro lado, se espera que Trump pronto tenga que declarar frente al fiscal especial del caso, Robert Mueller.