Con las buenas noticias sucediéndose en este cierre de 2020, la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) se convierte en protagonista y enrarece el ‘buen rollo’ generalizado. Los grandes productores de petróleo (también los que están fuera del cártel, liderados por Rusia, y que conforman la OPEP+) debían haberse puesto de acuerdo este martes sobre qué hacer con la producción en 2021. Sin embargo, tras las “tensas” negociaciones del lunes, optaron por aplazar el encuentro hasta este jueves. Aunque se sigue apostando por un acuerdo, al mercado no le gustan nada estas tensiones que recuerdan a la guerra de precios que se desató a comienzos de año.
“Los inversores están ciertamente preocupados por la situación“, reconoce Naeem Aslam, director de análisis de AvaTrade. “Aun así, el escenario más probable que se cotiza en el mercado es que la OPEP+ amplíe su actual recorte de producción de petróleo. Si la decisión se toma en esta línea, es probable que sea muy beneficiosa ya que la demanda de petróleo está todavía en un modo de recuperación y realmente necesitamos más para que la economía mundial acelere su ritmo”, explica.
La OPEP+ tiene que decidir este jueves si mantiene durante tres o seis meses los recortes de producción acordados o, por el contrario, da el acuerdo por finalizado, lo que supondría poner en el mercado casi 2 millones de barriles al día adicionales. Esta posibilidad, advierten los analistas de Link Securities, tendría un efecto “muy negativo” en el precio del crudo y en la cotización de las compañías relacionadas directamente con esta materia prima, como las petroleras, o de forma indirecta, las ingenierías y los fabricantes de tubos.
Algunos países quieren mantener los niveles actuales de producción mientras que otros quieren aumentar la oferta ya. Rusia estaría a favor de extender los recortes actuales, aunque fuentes recogidas por Reuters indican que habría propuesto que la OPEP+ empiece a aumentar la producción en 0,5 millones de barriles por día cada mes a partir de enero.
Las fuertes divisiones quedan de manifiesto también en la amenaza del ministro de energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, que ha manifestado su intención de abandonar su cargo el frente de la OPEP+.
AQUELLA GUERRA…
A comienzos de año, coincidiendo con la aparición de la pandemia de coronavirus, los grandes productores de petróleo, careciendo absolutamente del don de la oportunidad, se enzarzaron en una guerra de precios que hundió al crudo.
A principios de marzo se celebró la habitual reunión de la OPEP, que quería un recorte excepcional de 1,5 millones de barriles diarios para estabilizar los precios ante la crisis del virus. Rusia, que habitualmente se suma al resto de grandes productores, dijo que no, y ahí se desencadenó el caos.
El fin de semana del 7 y 8 de marzo, Arabia Saudí decidió vengarse de Rusia y anunció descuentos masivos en sus precios de venta oficiales para abril. El resultado: el lunes, 9 de marzo, el crudo se hundía un 40%.
Donald Trump fue el inesperado mediador de esta contienda y finalmente Arabia Saudí y Rusia sellaron la paz a principios de abril con el anuncio de un drástico recorte de la oferta de hasta 10 millones de barriles diarios.
En esta ocasión, parece que Rusia y Arabia Saudí estarían alineados en esa idea de extender unos meses los recortes. Sin embargo, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Nigeria o Kazajistán estarían en contra.
“Tras el recorte anunciado en abril, los precios se estabilizaron y en el verano se estancaron en un rango estrecho antes de repuntar fuertemente en noviembre gracias a las esperanzas puestas en las vacunas. La falta de acuerdo del lunes subraya las tensas relaciones dentro del cártel en un momento de gran tensión en la demanda de petróleo debido a la persistencia de la pandemia y las medidas de bloqueo”, subraya Neil Wilson, director de análisis de Markets.com.
“Aunque en conjunto parece que la OPEP+ acordará alguna extensión de los actuales recortes, por valor de 7,7 millones de barriles diarios, no hará nada para inspirar confianza en la actual capacidad del cártel para estabilizar los mercados de petróleo“, concluye.