Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, Managing Editor en 60 Second Investor.
A los expertos en salud de todo el mundo les preocupa la variante Ómicron, pero a los inversores no —al menos, eso es lo que sugiere el repunte del 2% de las acciones y el repunte del dólar estadounidense. Todo el mundo sabía que la llegada de los primeros casos de Ómicron a Estados Unidos era sólo cuestión de tiempo, y tras haber vivido la cepa original junto con tres variantes este año —Iota, Alpha y Delta—. los inversores no creen que Ómicron vaya a descarrilar la recuperación mundial. No cabe duda de que el gasto y el crecimiento de los consumidores se ralentizarán, sobre todo si más países anuncian restricciones, pero las tasas de vacunación son altas y los políticos de Estados Unidos tienen pocas ganas de reimponer medidas de confinamiento. Puede que pasen semanas antes de que sepamos lo mala que es (o no es) la Ómicron y, hasta que se aclare qué nivel de riesgo tiene, los inversores se centrarán en las certezas, que son que el mercado estadounidense es fuerte, que a la Reserva Federal le preocupa la inflación y que está dispuesta a reducir los estímulos a un ritmo más rápido como respuesta.
Este viernes se publica el informe de empleo no agrícola de noviembre y todo apunta a que será otro buen informe de empleo. Las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo no sólo aumentaron menos de lo esperado durante la semana que concluía el 27 de noviembre, sino que la media móvil de cuatro semanas registró su cota más baja desde marzo de 2020. Las solicitudes recurrentes también cayeron por debajo de los 2 millones por primera vez desde que estallara la pandemia. Los despidos están en mínimos de 28 años, pues a los empleadores les está costando encontrar trabajadores. Los economistas esperan que el empleo no agrícola aumente en 531.000 hasta 550.000 y, si el crecimiento del empleo cumple o supera las expectativas, el dólar ganará posiciones. Un mercado laboral ajustado es una de las principales razones por las que a la Fed le preocupa la inflación, ya que una mayor demanda salarial podría avivar la inflación. Aunque se puede argumentar que la variante Ómicron podría aliviar la demanda, hay pruebas de que la variante Delta empeoró los problemas de la cadena de suministro, no los mejoró.
Un buen informe de empleo también refuerza los planes de la Reserva Federal de acelerar el ritmo de tapering en su reunión de política monetaria de los días 14 y 15 de diciembre. En vista de que tanto Powell como Yellen han dicho esta semana que ha llegado el momento de jubilar la palabra “transitoria”, es probable que aumenten las previsiones de inflación y el gráfico de puntos debería mostrar que los responsables de política monetaria están a favor de una subida de tipos antes de lo anunciado. Todo esto es positivo para el dólar. Los bancos centrales más agresivos, como el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda, no creen que la variante Ómicron vaya a cambiar sus perspectivas económicas.
Si nos equivocamos y la Ómicron resulta ser más mortífera que las otras variantes, otras naciones tomarán medias más rápido que Estados Unidos, lo que hará que esas divisas bajen inicialmente. El dólar estadounidense se vendió fuertemente tras las primeras noticias sobre la variante Ómicron, pero otras divisas también han tenido problemas para seguir a flote, y algunas van camino de mínimos de varios meses.
Canadá publicará este viernes las cifras del mercado laboral. Al igual que en Estados Unidos, se espera que el crecimiento del empleo mejore, pero sólo moderadamente. El par USD/CAD ha registrado máximos de dos meses este jueves gracias a la demanda de dólar estadounidense. La reciente caída de los precios del petróleo también ha lastrado la divisa de Canadá.
Junto con el dólar estadounidense, la divisa que mejor actuación ha ofrecido este jueves ha sido la libra esterlina, mientras que los peor parados son el euro y el dólar australiano. Los datos de la eurozona resultaron mejores de lo esperado, con una fuerte subida de los precios de la producción en octubre y una caída de la tasa de desempleo. Desgraciadamente, la variante Ómicron está arrasando en Europa y es muy probable que los países europeos respondan con fuertes restricciones. Los datos comerciales de Australia, más débiles, y un descenso inesperado de los préstamos hipotecarios, han hecho caer el dólar australiano con respecto a las demás monedas principales. Su homónimo neozelandés, en cambio, se ha mantenido estable después de que el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda dijera que no es probable que la Ómicron influya en sus previsiones.