En lo que va del año, los precios de los metales preciosos, como el oro y la plata, han sido fuertemente presionados al alza ante la creciente incertidumbre económica generada por la pandemia del coronavirus. Esto ha llevado a que el precio del oro spot alcance un máximo anual de 1,843.47 dólares por onza, no visto desde septiembre del 2011 y que el precio spot de la plata alcance un máximo anual de 21.3214 dólares, no visto desde julio del 2014.
A medida que los temores en torno a la crisis sanitaria aumentan, la demanda por metales preciosos se ha elevado, debido a su propiedad como activo refugio. Esto ha impactado a la industria de joyería que utiliza el oro, la plata y el paladio como insumos.
El aumento en los precios de los metales preciosos tiene un impacto en las empresas joyeras, ya que el costo de sus insumos se eleva, sin poder trasladarlo al consumidor final dada la caída en la actividad económica este año. Algunas empresas joyeras grandes en Estados Unidos, como Tiffany & Co (NYSE:TIF) o Cartier, tienen la capacidad de mantener sus precios sin cambio por más tiempo, pero las empresas pequeñas no tienen la capacidad de absorber el incremento en el costo por el bajo margen. Con esto, los productores transfieren los costos a los consumidores y generan una caída más precipitada en su cantidad demanda. Lo anterior eleva la probabilidad de que el mercado joyero se vuelva más chico, ya que sólo los consumidores con mayor capacidad de pago podrán continuar consumiendo.
Se debe mencionar que el aumento en el precio de los metales preciosos no es el único factor que impacta a la industria joyera. De hecho, el principal factor de riesgo proviene de los efectos del coronavirus en la actividad económica global, pues no sólo ha erosionado el ingreso de los hogares ante una caída en el empleo, sino que también ha obligado a que se cancelen celebraciones como bodas, las cuales son una de las principales fuentes de demanda por joyas. Ante esto, incluso aunque el precio de los metales preciosos baje de nuevo, se espera que la demanda siga siendo frágil durante el resto del año, o al menos hasta que se encuentre una vacuna que aumente la confianza y reanude la actividad económica y las celebraciones.
Aunque las joyas de oro pueden actuar como un activo de inversión, la industria joyera es una industria considerada de lujo, lo que significa que tiene una elasticidad (sensibilidad) ingreso de la demanda elevada. Esto implica que una disminución en el ingreso de los hogares disminuye en mayor proporción su demanda y viceversa.
Por lo anterior, se espera que la industria joyera siga pasando por un momento álgido, sobre todo al esperar que el precio del oro siga al alza dada la incertidumbre económica. En este sentido, es importante mencionar que existe la expectativa de que el oro alcance en los mercados financieros internacionales este año un nivel cercano a los 2,000 dólares por onza. Por su parte, se espera que el precio de la plata incremente hasta al menos hasta 30 dólares por onza.
Cabe recordar que no es sólo la pandemia la que ha causado que la demanda por activos refugio incremente. De hecho, la demanda por activos refugios venía incrementando desde que las posturas proteccionistas de Trump desencadenaron la guerra comercial de Estados Unidos con China. Hasta el 21 de julio, el oro ha incrementado en 21.39%, mientras que, desde inicios del 2018 hasta finales del 2019, el precio del oro aumentó en 15.16%, lo que es un claro ejemplo de que la tendencia al alza no solo está dada por los efectos del coronavirus. Por su parte, en el año, el precio de la plata muestra un incremento de 19.11%, mientras que el paladio ha incrementado en 10.24%.
Con información de Ana Azuara y Gabriela Siller
Análisis Económico Banco Base