Recesión o no recesión, ya tenemos una víctima de este miedo en Wall Street. Y son las acciones bancarias.
La persistente amenaza para la economía global debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China y a que los bancos centrales de todo el mundo recortan los tipos de interés hace que las empresas que prestan dinero queden en clara desventaja. Una posible ralentización, o una contracción económica, reducirán sus ingresos en préstamos mientras que sus grandes clientes corporativos posponen sus planes de expansión.
Este pesimismo ya está perjudicando a los bancos pues los inversores rechazan las acciones cíclicas y estrechamente vinculadas al estado de la economía mundial. El índice Settle KBW Nasdaq Bank ha caído un 15% en los últimos 12 meses, y la mitad de ese debilitamiento ha tenido lugar durante las últimas semanas a medida que el rendimiento de los bonos del Tesoro comenzaba a descender y los responsables de la política monetaria se volvían más prudentes con respecto a las previsiones de crecimiento.
Si nos fijamos en sus valoraciones, no es difícil estimar el estado de ánimo de los inversores. El mercado está valorando las acciones bancarias como si la economía se dirigiera hacia la recesión con seguridad. La relación precio-ganancias de KBW en alrededor de 10,29 está cerca de mínimos frente al S&P 500 desde 2008.
"No hay manera de suavizar los riesgos para los bancos", escribió en una nota Mike Mayo, jefe de investigación bancaria de gran capitalización de Estados Unidos en Wells Fargo (NYSE:WFC), destacando la decisión de su empresa de reducir las previsiones de ganancias y los objetivos de precios para más de una docena de bancos. "Ningún gran banco es inmune. Si los tipos de interés se mantienen en este nivel, las ganancias se resentirán".
Fortalecimiento de los préstamos al consumo
Pero el mal humor en torno a las acciones bancarias no significa que los inversores deban meter todos los nombres en el mismo saco. Las acciones de algunos de los mayores prestamistas se han vuelto atractivas después de años de esfuerzos de reestructuración, en un entorno regulatorio más sólido. En este espacio, nos gustan especialmente Citigroup Inc (NYSE:NYSE:C) y JPMorgan Chase & Co (NYSE:NYSE:JPM).
Si bien el debilitamiento de la economía es ciertamente perjudicial para sus negocios de fusiones y préstamos corporativos, los bancos que tienen carteras grandes y diversificadas se beneficiarán de sus préstamos al consumo, como las tarjetas de crédito y la financiación hipotecaria. Esa fuerza se hizo visible durante la temporada de presentación de resultados del segundo trimestre.
El aumento del crédito al consumo fue el responsable de la mayor parte de los beneficios trimestrales de JPMorgan Chase y Citigroup Inc., mientras que Goldman Sachs Group Inc (NYSE:NYSE:GS), que carece de una gran operación de consumo, fue el único gran banco estadounidense que registró menos ganancias que hace un año.
En el caso de JPMorgan, el gasto en tarjetas de crédito aumentó un 11% hasta 192.500 millones de dólares, mientras que los saldos aumentaron un 8%. Este banco, el mayor prestamista estadounidense por activos, dijo que la mayor parte del crecimiento provino de clientes existentes y no de cuentas nuevas. Del mismo modo, Citigroup informó de que el volumen de compras en Estados Unidos de sus casi 35 millones de cuentas de tarjetas de crédito aumentó un 8%, mientras que los saldos aumentaron un 3%.
Su fuerza de consumo también se refleja en el rendimiento de sus acciones frente a las de sus homólogos este año, y Citigroup ha subido un 24% en este período, y JPM ha ganado más de un 12%. Citigroup cerró ayer con un alza del 1,3% en 64,30 dólares, mientras que JPM cerró con una alza del 0,9% en 108,72 dólares.
Nuestra opinión es que ambos prestamistas están bien preparados para hacer frente a cualquier recesión cíclica debido a la reducción sostenida de sus costes durante la última década y al reequilibrio de sus carteras. Sus esfuerzos están empezando a dar sus frutos y ambos han estado registrando un fuerte crecimiento en los ingresos y ganancias en los últimos trimestres, además de ofrecer un rendimiento de dividendo decente, en el caso de JPM de un 2,9% frente al promedio de la industria que asciende a un 2,7%, y el de Citi de un 3,1%.
En conclusión
Ciertamente no es un buen momento para posicionarse en largo en las acciones bancarias cuando los obstáculos macroeconómicos están ganando fuelle. Pero en el caso de un debilitamiento prolongado, recomendamos a los inversores que se preparen para escoger algunas acciones bancarias sólidas. Para estos inversores, nos gustan Citi y JPM, en vista de sus carteras diversificadas, el aumento de los dividendos y la mejora de la calidad del balance general.