Durante la semana el peso registró una depreciación de 1.1% al pasar de 16.75 a 16.94 por dólar. El USD/MXN operó prácticamente entre 16.65 y 17.00 por dólar, con el diferencial entre el precio máximo y mínimo entre el precio medio en 1.2%, cercano a máximos del año. Estos amplios rangos intradía han tenido una correlación muy significativa con los precios del petróleo (y con un retraso relativo recientemente), al igual que con los mercados accionarios (ver gráfica). En nuestra opinión esta dinámica podría continuar influyendo a nuestra divisa en el corto plazo. Dicha correlación también alude a la posibilidad de que en la medida en que no se observe una estabilización en dichos activos el peso continuará con una elevada volatilidad, siguiendo muy de cerca el desarrollo de los mercados externos.
Por otro lado, creemos que el reporte laboral de EE.UU. fue lo suficientemente fuerte como para mantener la elevada incertidumbre sobre un posible aumento de la tasa de referencia del Fed en septiembre, que mantenemos como nuestro caso base. Sin embargo, el sesgo más dovish del ECB (ver Ensayo de Europa y Reino Unido) podría ser un factor adicional que complique las condiciones externas para el Fed. Derivado de lo anterior, nuestra expectativa base continuá siendo de cautela. Además de la volatilidad, no descartamos pérdidas adicionales en el preámbulo de la junta del Fed en dos semanas ante la incertidumbre que probablemente se mantenga por esta cuestión, y que USD/MXN y WTI Pesos por dólar y dólares por barril, respectivamente creemos que podría incrementarse aun más después del reporte de empleo.
En el frente interno seguimos sin visualizar un catalizador positivo que pudiera ayudar al peso a diferenciarse en el corto plazo. Estaremos muy pendientes del Paquete Económico que será presentado el 8 de septiembre, sobre todo en la propuesta de reducción de gasto del gobierno federal para 2016 con el objetivo de cumplir con las metas de déficit fiscal. Si bien ya se ha adelantado que el recorte sería de al menos 135,000mdp (y que nuestros economistas estiman que podría incidir a la baja en el PIB en alrededor de 0.3pp) no se puede descartar que el monto sea mayor. Ante la relativa debilidad del crecimiento este año y nuestra moderada expectativa para 2016 en 2.7% anual (debajo del consenso de mercado en 2.9% de acuerdo a la última encuesta de Banxico) el peso continuaría limitado por la falta de un mayor dinamismo económico.
Por último y técnicamente, hemos observado un mayor interés de compra de pesos alredor del nivel sicológico de 17.00 por dólar, regresando por debajo de dicho nivel desde el cierre de la semana pasada y respetándolo en los últimos días. No obstante, no descartamos un rompimiento que de materializarse podría acelerar las pérdidas. En la parte baja seguimos ubicando la zona de 16.45/50 como soporte principal, seguido de 16.65, donde se encuentra una línea de tendencia de alza que ha respetado desde marzo pasado además de ser el mínimo de operación intradía en las últimas diez sesiones.