El peso mexicano se mantiene en terreno positivo, cotizando alrededor de $19.95 spot, a pesar de la fuerte inestabilidad global provocada por distintos factores: las preocupaciones por lo que haga la Reserva Federal (Fed) en su reunión de noviembre; el regreso de medidas parciales de confinamiento en China ante repunte de casos de Covid -19 tras semana festiva; las nuevas restricciones del gobierno estadounidense al acceso de China a la tecnología de semiconductores; la nueva intervención del Banco de Inglaterra de este martes y; el tensionamiento del mercado de bonos europeos debido a plan de Alemania para limitar los precios del gas. Todo esto mantiene a los inversionistas nerviosos. Por el resto del día el tipo de cambio podría fluctuar entre los $19.90 y $20.10 spot (el euro entre $0.966 y $0.976).
Con las últimas minutas de la Fed, que se publicarán mañana, y el último informe sobre inflación estadounidense, que se dará a conocer el jueves, es probable que el estado de ánimo siga siendo tenso, ya que los mercados evalúan la posibilidad de que la autoridad vuelva a subir las tasas de interés en 75 puntos base en noviembre y el riesgo de que empuje a la economía mundial hacia la recesión.
En este sentido, la vicepresidenta de la Fed, Lael Brainard, ha reiterado que la política monetaria del banco central seguirá siendo restrictiva y que se necesitará algún tiempo para que los efectos se transmitan a la economía y se reduzca la inflación. Por su parte, el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, considera que las tasas de interés deberán permanecer lo suficientemente altas para desacelerar la economía. Las tasas seguirán subiendo hasta finales de este año y principios del próximo.
Por otro lado, el Banco de Inglaterra actuó nuevamente hoy para detener una venta masiva en el mercado de bonos del gobierno de Gran Bretaña al anunciar la compra de deuda vinculada a la inflación hasta el final de esta semana. Un día después de extender las medidas de emergencia para respaldar los fondos de pensiones, el banco central anunció hoy que agregará deuda indexada a la inflación a sus compras de bonos. Eso ocurre después de una venta masiva que hizo que los rendimientos de dichos bonos aumentaran a un máximo histórico. La medida estará vigente hasta el 14 de octubre.
Por su parte, Alemania ha propuesto un paquete de ayuda a hogares y empresas frente a los elevados precios del gas que supondrá el desembolso por parte del Ejecutivo de 96,000 millones de euros. El plan todavía se sigue estudiando. La propuesta provocó ayer fuertes subidas en los rendimientos de los bonos alemanes y la mayoría de los europeos. Las medidas más destacadas propuestas incluyen un cheque a los hogares en diciembre y limitación de precios durante un año desde marzo. Para las empresas, el tope al gas se iniciará en enero.
En materia económica, lo más interesante será la actualización de previsiones de crecimiento global por parte del FMI. Las anteriores datan del mes de julio (8am). Desde entonces se ha dado un sustancial empeoramiento de las perspectivas de actividad económica en un contexto de inflación persistentemente alta que está obligando a los bancos centrales a priorizar el control de precios aun a costa de sacrificar más en términos de crecimiento y empleo. Así, se espera una significativa revisión a la baja, sobre todo en economías europeas, ante su mayor dependencia energética.
El mercado financiero está también muy pendiente de la escalada bélica en Ucrania tras el último bombardeo masivo ordenado por Vladimir Putin contra docenas de objetivos civiles, incluida la infraestructura energética crítica.
Las principales bolsas en el mundo operan con caídas, en línea con el repunte registrado en la mayoría de los rendimientos de los bonos soberanos. En particular, el bono estadounidense a 10 años tocó por momentos el 4.0%.