El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se disparó por encima del 1,6% el viernes, tras un decepcionante informe de empleo que los inversores decidieron que no era lo suficientemente decepcionante como para impedir que la Reserva Federal anunciara una reducción de sus compras de bonos en noviembre.
Los mercados de acciones de Estados Unidos permanecieron cerrados el lunes con motivo de una festividad nacional, pero los futuros de los bonos del Tesoro mostraron un continuo debilitamiento. El informe de empleo no agrícola indicó un aumento de sólo 194.000 en septiembre, menos de la mitad de los 500.000 puestos de trabajo previstos. El único consuelo fue que la tasa de desempleo general descendió hasta el 4,8%, frente a las expectativas que hablaban de un 5,1%.
Los salarios aumentaron un 0,6% en el conjunto del mes y un 4,6% en el año. El exsecretario del Tesoro Steven Mnuchin advirtió el jueves de que el exceso de gasto de la Administración Biden podría estimular la inflación los próximos meses. Durante unas declaraciones para Bloomberg, dijo:
"Me preocupa que esto se convierta en la norma de la inflación, y los bonos del Tesoro a 10 años podrían terminar fácilmente en el 3,5%, lo que de nuevo no hace más que aumentar el coste de la deuda nacional y crear problemas presupuestarios”.
Justo en el momento adecuado, el rendimiento sobrepasó el 1,55% tras el informe de empleo del viernes. Mnuchin ha vuelto a la inversión de capital privado tras ocupar cuatro años el puesto de jefe del Departamento del Tesoro, y ha recaudado 2.500 millones de dólares para su nuevo Liberty Strategic Capital.
Mnuchin, que también fue productor de cine, puede presumir de haber sobrevivido cuatro años en el gabinete del presidente Donald Trump. Un informe publicado el domingo aumentó aún más su credibilidad afirmando que intervino para impedir que el presidente nombrara directora del Banco Mundial a su hija Ivanka en 2019. El puesto fue en cambio para David Malpass, un veterano del Departamento del Tesoro.
La inflación afecta al rendimiento de los bonos a escala mundial y se agrava por los problemas energéticos
La inflación se ha convertido en una preocupación a escala mundial. El rendimiento de la deuda pública japonesa a 10 años subió medio punto básico el lunes, hasta el 0,85%, siguiendo la estela al alza del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense.
El precio de los bonos del Estado europeos han seguido bajando, impulsando el rendimiento. El rendimiento de los bonos del Reino Unido ha subido 5 puntos básicos después de que los funcionarios del Banco de Inglaterra advirtieran este fin de semana sobre el riesgo de la inflación.
El aumento del rendimiento de los bonos del Reino Unido impulsó el de los de la zona euro. El rendimiento de los bonos alemanes de referencia a 10 años ha aumentado 2,5 puntos básicos, hasta el -0,108%, lo que supone una subida de 20 puntos básicos en un mes, acercándose a un rendimiento positivo.
El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, restó importancia al posible impacto de la inflación en el rendimiento de los bonos, afirmando que la tasa actual no es un desencadenante automático de la acción monetaria. No obstante, los futuros del mercado monetario indican que los inversores prevén una subida de tipos del BCE para diciembre —o incluso para septiembre— de 2022.
Los analistas creen que la escasez de oferta y el aumento de la demanda de energía están impulsando la inflación. Los precios del crudo estadounidense han cerrado en más de 80 dólares por barril por primera vez desde 2014. El crudo Brent, petróleo europeo de referencia, cerró en niveles aún más elevados, por encima de los 83 dólares, ya que algunos economistas prevén un precio de 100 dólares por barril.
La escasez de energía está contribuyendo al aumento de la inflación. La escasez de gas natural está provocando fuertes subidas de precios a medida que se acerca el invierno. La nueva demanda de combustibles fósiles está restando valor a la cumbre de Glasgow sobre el cambio climático que comienza a finales de octubre.
El rendimiento de la deuda pública refleja este panorama cada vez más pesimista. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años supera el 1,6%, y los analistas aseguran que podría reconquistar rápidamente sus máximos del 1,75% registrado a principios de año.
Los economistas apuntan a todo tipo de cosas —desde la ralentización de la afluencia de comensales a los restaurantes hasta el mediocre estreno de la nueva película de James Bond— como indicadores de una desaceleración del crecimiento. Goldman Sachs (NYSE:GS) ha rebajado por segunda vez en dos meses sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos, y ahora prevé un 5,6% para este año en lugar de un 5,7%, y un 4,0% para el año que viene en lugar de un 4,4%.
La ralentización del crecimiento, la subida de la inflación y el aumento del rendimiento de los bonos son inquietantes presagios de que se avecinan problemas.