La relación entre la Casa Blanca y los dirigentes saudíes se ha agriado enormemente desde que la OPEP+, liderada por Arabia Saudí, decidiera reducir la producción de petróleo en contra de los deseos de la Administración Biden. La Casa Blanca también ha expresado su enfado por la reciente condena de un ciudadano estadounidense a 16 años en una prisión saudí por escribir tuits que no gustaron al Gobierno saudí. Algunos analistas califican este hecho de "nuevos mínimos" en las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí. Para los traders, la pregunta es si saldrá algo de esta creciente disputa. ¿Influirá en la producción mundial de petróleo o en el mercado en general?
Lo primero que hay que entender es que el Gobierno de Biden quería que las cifras de producción de la OPEP+ fueran más elevadas, con la esperanza de hacer caer los precios del petróleo a corto plazo. El 8 de noviembre se celebran elecciones. Aunque la presidencia no está en juego, sí lo están todos los escaños del Congreso y 1/3 de los del Senado. Normalmente, se culpa al partido que ocupa la presidencia (el Partido Demócrata) de los elevados precios del gas y de los servicios públicos, como los que observamos actualmente en Estados Unidos. Si los demócratas pierden demasiados escaños en el Congreso y en el Senado, su agenda se verá obstaculizada por la legislatura. Por eso el equipo de Biden está especialmente nervioso por las repercusiones políticas de los elevados precios de la gasolina de cara a las elecciones.
Sin embargo, el día de las elecciones está a menos de dos semanas. Una vez pasadas las elecciones, habrá menos presión política sobre la Casa Blanca para impulsar la bajada de los precios del petróleo, al menos hasta las siguientes elecciones, en 2024. Los traders no deberían sorprenderse si la retórica de la Casa Blanca sobre este tema se calma tras el día de las elecciones.
Si el equipo de Biden quiere hacer algo para contribuir a bajar los precios de la energía para los consumidores, hay varias acciones que ayudarían a promover la producción nacional de energía y facilitarían el transporte de los productos energéticos necesarios a las zonas donde los necesitan. Por ejemplo, la Casa Blanca podría simplificar y aclarar la situación regulatoria de los productores nacionales. Esto despertaría en los productores una renovada fe en el futuro de la producción en Estados Unidos y los incentivaría a invertir en el aumento de la producción. Podría suspender la Ley Jones, lo que haría que hubiera muchos más barcos disponibles para transportar productos como el gasóleo y el petróleo para calefacción al noreste, donde las reservas escasean. Biden podría rebajar los aranceles sobre el acero que están dificultando a los productores de petróleo la obtención de los productos siderúrgicos específicos que necesitan.
Sin embargo, estas acciones negarían las políticas "verdes" propugnadas por la Casa Blanca y el partido demócrata, por lo que hay pocas posibilidades de que la Casa Blanca adopte tales medidas. De hecho, es posible que pronto observemos cómo empieza a disminuir la producción estadounidense debido a los retos normativos y al elevado coste de los suministros y la mano de obra para la producción. Fuera de la región del Pérmico, la producción estadounidense está disminuyendo.
En realidad, es poco lo que el Gobierno estadounidense puede hacer o hará para presionar a Arabia Saudí para que aumente la producción de petróleo, incluso aunque el Gobierno estadounidense se esfuerce por hacerlo tras las elecciones. Tradicionalmente, los presidentes estadounidenses no han comentado públicamente la política petrolera saudí, ni siquiera cuando ésta ha provocado situaciones económicas y políticas complicadas y perjudiciales. Los anteriores presidentes ni siquiera han intentado forzar a Arabia Saudí por otras vías, como suspender la venta de armas o negarles la ayuda militar. Arabia Saudí es el segundo mayor cliente de la industria armamentística estadounidense y dicha industria tiene un grupo de presión muy fuerte en Washington. No dejarán que el Gobierno estadounidense arruine fácilmente su relación con Arabia Saudí.
Lo más probable es que el gobierno de Estados Unidos haga poco o nada en contra de Arabia Saudí, por lo que probablemente seguirá aplicando las políticas petroleras que le dé la gana. Esto significa que los traders deberían prepararse para unas cuotas de producción más bajas por parte de la OPEP+ mientras el grupo se prepara para lo que muchos creen que es la próxima recesión mundial.