En la cumbre de líderes del G20, que se realizó en la ciudad japonesa de Osaka el 28 y 29 de junio, el Fondo Monetario Internacional y el Gobierno argentino destacaron la supuesta recuperación del país austral ante la crisis económica. Pero ¿es esto cierto?
“El programa económico de Argentina está empezando a dar resultados y debería sentar las bases para el desarrollo sostenible”, escribió la directiva francesa que ahora espera asumir la dirección del Banco Central Europeo.
Sin embargo, continúan en el país las críticas al modelo de ajuste para salir de la crisis y se sospecha de que la calma actual es solo coyuntural, sostenida gracias a la autorización del FMI para que el Banco Central argentino pueda inyectar fondos y así evitar nuevas corridas del dólar y proporcionar una pax cambiaria de cara las elecciones presidenciales. De hecho, de los 39.000 millones de dólares que prestó el FMI, ya se fugaron del país 30.000 millones.
“Todavía es prematuro hablar de una recuperación económica hasta tanto o en cuanto las variables de actividad de producción empiecen a dar ese tipo de señales. Por ahora lo que hay es un desaceleramiento de la caída”, dijo a Sputnik el economista Nicolás Litvinoff, director de Estudinero.net.
“La tensa calma cambiaria tiene que ver con una coyuntura internacional que mejoró mucho para la Argentina en los últimos meses y que de alguna manera frenó el viento en contra que teníamos el año pasado”, profundizó.
Litvinoff explicó que ahora hay ‘viento a favor’ porque la Reserva Federal de los EEUU va a empezar a bajar las tasas, y una baja de tasas en los países centrales significa que habrá más capitales especulativos buscando mayor rentabilidad en los países periféricos.
“Esto es una de las cosas que la Argentina necesita para que no se dispare el dólar, que es entrada de dólares. Por más que vengan capitales ‘golondrina’ y de corto plazo, en este momento ayuda”, dijo el economista y destacó el rol del aumento del precio de la soja en un año de cosecha récord.
“Los pagos de la deuda que hay que hacer en 2020 y 2021 son muy onerosos y la capacidad de pago va a depender mucho de lo que esté pasando con la economía local e internacional en ese momento. Por lo pronto parece que una renegociación es algo que cualquiera de los dos candidatos que asuman al poder van a tener que hacer, salvo que suceda un milagro económico y que Argentina vuelva a crecer a tasas del 5, 6 % por año”, sentenció.
Litvinoff opinó que, más allá de quién gane las elecciones, habrá buena voluntad de parte del FMI, principalmente porque también tienen mucho en juego sobre la capacidad de recuperación y pago de Argentina: “aproximadamente el 40 % de los fondos que presta a nivel global los tiene colocados en Argentina, por lo que le conviene que sea un deudor que ande bien”, dijo.