El nearshoring ha emergido como una de las grandes oportunidades económicas para México en la última década. A medida que las empresas globales buscan reubicar sus cadenas de suministro para ser más resilientes y cercanas a los mercados clave, México, con su proximidad geográfica a Estados Unidos, su sólida base manufacturera y sus acuerdos comerciales, parece estar en una posición privilegiada. No obstante, a pesar de este escenario alentador, el país todavía no ha capturado todo el potencial de este fenómeno.
Desde 2019, el valor de las exportaciones mexicanas ha aumentado en 130 mil millones de dólares, alcanzando los 593 mil millones en 2023, y convirtiendo a México en el principal socio comercial de Estados Unidos, con el 15.4% del total de sus importaciones. A primera vista, estos números muestran un progreso significativo. Sin embargo, al observar el crecimiento en términos reales, es evidente que la Inversión Extranjera Directa (IED) y las exportaciones no se han acelerado como se esperaba, especialmente en comparación con otros destinos de nearshoring como Vietnam, India y Tailandia, que han visto crecer sus exportaciones a Estados Unidos más de un 50%, mientras que México solo ha crecido un 35%.
De hecho, aunque la IED ha superado los 36 mil millones de dólares en los últimos dos años, su crecimiento se ha mantenido constante sin mostrar una aceleración significativa. En términos reales, el crecimiento de las exportaciones mexicanas ha pasado de un 17% entre 2015 y 2019 a solo un 12% entre 2019 y 2023, justo cuando se esperaba que se acelerara.
Entonces, ¿qué está impidiendo que México aproveche por completo el potencial del nearshoring? Según nuestro análisis en Bain & Company, México tiene el potencial de casi duplicar el valor total de sus exportaciones para 2030, lo que representaría un incremento adicional de 500 mil millones de dólares. Para lograrlo, el país debe resolver varios desafíos en infraestructura, suministro de energía y agua, talento especializado y seguridad. Si estos cuellos de botella no se abordan, México podría perder terreno frente a otros destinos de nearshoring.
Para contextualizar, si México lograra superar estos cuellos de botella, podría atraer más de 200 mil millones de dólares adicionales en exportaciones durante los próximos siete años. Esto implicaría agregar el equivalente a cuatro nuevos polos industriales del tamaño de Nuevo León, lo que tendría un impacto económico transformador para el país.
A pesar del gran potencial, México enfrenta una serie de desafíos importantes que, si no se abordan, podrían frenar su capacidad para aumentar el valor comercial de sus exportaciones y relocalizar operaciones de manera efectiva. A continuación, se detallan los principales obstáculos:
Ecosistemas sectoriales: Un ecosistema de proveedores robusto es clave para atraer empresas. La falta de integración entre proveedores locales y multinacionales, especialmente en sectores como el automotriz y eléctrico, ha limitado el nearshoring en México. Fomentar clústeres industriales, como en Nuevo León, es crucial para mejorar la colaboración y aumentar las exportaciones.
Infraestructura y logística: El rezago en infraestructura sigue siendo un gran impedimento. Aunque México tiene una ubicación estratégica, la calidad de sus carreteras, puertos y ferrocarriles ha disminuido desde 2018. Se necesitan inversiones en conexiones intermodales para reducir tiempos de tránsito y costos logísticos, mejorando así la competitividad frente a otros destinos de nearshoring.
Suministro de electricidad y agua: El acceso confiable a electricidad y agua es esencial. La capacidad de generación eléctrica debe aumentar un 25% para cubrir la demanda proyectada, además de expandir las fuentes renovables. El abasto de agua, especialmente en el Bajío, también es crítico. Resolver ambos problemas es clave para garantizar un suministro sostenible y confiable.
Talento y fuerza laboral: México enfrenta un déficit de talento especializado, especialmente en manufactura avanzada y automatización. Se estima que se necesitarán 300,000 empleos especializados en los próximos 10 años. Invertir en educación técnica será fundamental para asegurar el crecimiento industrial.
Competitividad: Aunque México es competitivo en costos, el aumento del salario mínimo, la posible reforma laboral y un peso fuerte podrían afectar su atractivo para el nearshoring. Mejorar la productividad y acelerar la digitalización son claves para mantener la competitividad.
Seguridad: La inseguridad es una barrera importante para la inversión extranjera. Afecta tanto la llegada de capital como la retención de talento, además de aumentar los costos logísticos. Mejorar la seguridad es esencial para hacer de México un destino atractivo para el nearshoring.
El nearshoring ofrece a México una oportunidad única para transformar su economía, duplicar sus exportaciones y consolidarse como un centro industrial global. Sin embargo, para aprovechar plenamente este potencial, es crucial que el país aborde de manera efectiva los desafíos descritos. La colaboración entre el gobierno, las empresas y las instituciones educativas será fundamental para superar estos obstáculos y garantizar un crecimiento sostenible a largo plazo.