La semana pasada se conoció la noticia de que Intel (NASDAQ:INTC) comprará Mobileye, una compañía dedicada al desarrollo de tecnología para vehículos autónomos. Este deal representa la mayor compra en la historia de una compañía de tecnología de origen israelí.
La oferta de Intel será de unos USD 15.300 millones de dólares, pagando USD 63.54 dólares en efectivo por cada acción de Mobileye.
Antes de conocerse el trato, las acciones de la empresa israelí cotizaban en USD 47.27 dólares por acción, con un market cap de USD 10,5 billions. Esto quiere decir que la oferta de Intel implica un 46% más que el precio que la firma tenía en el mercado.
Vale la pena aclarar que en la teoría financiera de las fusiones y adquisiciones es aceptado que el comprador pague un plus por la firma target, adicional al monto que arroje la valuación. Ello sucede porque se estima que la suma de ambas compañías implicará un valor mayor que las dos firmas por separado (lo que se llama comúnmente “sinergias”: ahorro de costos, mejora en márgenes, etc.) y se suele adicionar una parte de ese “plus” al precio de compra.
Estas sinergias no son conocidas con certeza sino que estimadas, por lo que en la práctica termina siendo bastante riesgoso para quien hace la oferta puesto que de no materializarse será quien cargue con el costo de haber pagado de más.
Dicho esto y si bien por las características de ambas firmas es razonable que se produzcan ahorros y beneficios operativos, el precio de compra parece elevado lo que hace a la apuesta de Intel bastante arriesgada, ya que está invirtiendo un en una tecnología que aun es considerada como emergente.
Pensemos que Intel está pagando un muy elevado monto por una tecnología que a ciencia cierta no se sabe si ganará un lugar en el mercado en los próximos años o cuál será su destino. Además, si bien ha registrado un importante aumento de sus ganancias, Mobileye viene de una sociedad fallida con Tesla (NASDAQ:TSLA), lo cual deja ciertas dudas en relación al futuro.
Por otra parte, planteo una cuestión más a analizar: mucho se ha dicho de si había afectado al precio de la acción de Intel la adquisición de Mobileye, señalando que el mercado había respondido desfavorablemente al trato con una baja en el precio de la acción de aquélla.
Veamos primero el rendimiento de Intel en los días siguientes al anuncio de la compra:
Aquí podemos ver que hubo una baja en un comienzo pero luego el precio se recompuso un poco. El gráfico no parece ser del todo concluyente. Sin embargo, si observamos el rendimiento del último año de la acción, el análisis técnico indica que desde finales de enero este activo se encuentra en una tendencia bajista. El anuncio de la compra de Mobileye no ha modificado en nada esta situación, y podemos verlo en el gráfico debajo:
No obstante ello, habitualmente suele decirse que en una adquisición el gran ganador termina siendo la empresa comprada y no la compradora. En este caso, si vemos cómo se han disparado las acciones de Mobileye, podemos concluir que esto ha sido así, habiéndose acercado el precio del mercado a la oferta que ha hecho Intel:
Conclusión
A los ojos del inversor no parece muy atractivo este momento para comprar acciones de Intel. La compra de Mobileye aparece como muy arriesgada por ser una tecnología que aun está en una fase de desarrollo y no se ha implementado en el mercado. Además, el análisis técnico indica que este activo está en una tendencia bajista desde enero por lo que entendemos no es recomendable para su compra.