Todo apunta a que la Reserva Federal decepcionará a los inversores en su reunión de política monetaria de mañana. Es un hecho que va a recortar la tasa de los fondos federales de referencia en un cuarto punto, hasta 2,00-2,25 frente a los actuales 2,25 2,50. Si no lo hace, los mercados responderán con un ajuste, pero incluso aunque lo haga, probablemente no será suficiente.
Dado el constante crecimiento económico, el desempleo en niveles récord y la nula inflación, el Comité Federal de Mercado Abierto tendrá que dar un golpe de efecto a su recorte de los tipos en una especie de recorte de seguridad —es decir, un recorte diseñado para asegurarse de que continúa el crecimiento.
El problema es que un cuarto de punto no ofrece mucha seguridad. Si el objetivo es sólo revertir la curva de rendimiento y volver a situar el rendimiento de los bonos a corto plazo por debajo del nivel del de los bonos a largo plazo, el recorte de un cuarto de punto probablemente lo conseguirá. El diferencial de rendimiento entre los bonos del Tesoro a tres meses y a 10 años se ha reducido a en torno a eso.
Pero el tecnicismo de desactivar la advertencia de recesión no hace mucho por impulsar la economía. Por esta razón, los participantes del mercado esperan más recortes en las próximas reuniones, a partir de mediados de septiembre, cuando los futuros de los fondos de la Fed estiman que hay un 70% de posibilidades de otro recorte, hasta 1,75-2,00 o más aún. En la reunión del FOMC de diciembre, los futuros hablaban de un recorte hasta 1,50-1,75 o incluso más.
Hora de cortar por lo sano
La reacción del mercado esta semana dependerá mucho de cómo exprese la comisión su mensaje y sobre todo de cómo explique el presidente de la Fed Jerome Powell la postura de los responsables de la política monetaria.
Si sigue haciendo hincapié en los obstáculos y los riesgos para la economía, especialmente en cuanto a las tensiones comerciales, los inversores podrían seguir creyendo que les esperan más recortes.
Pero en ese caso, si la Fed sabe que ese recorte de un cuarto de punto no será suficiente, ¿por qué no corta por lo sano simplemente, por así decirlo, y trae un poco de shock y pavor a este proceso? Un recorte atrevido de medio punto aseguraría que la Fed se hace con la suficiente seguridad para mantener el crecimiento.
Un paso atrevido sería más eficaz
Nada de lo que la Fed haga esta semana puede impulsar la inflación hasta alcanzar su objetivo fijado en el 2%, y mucho menos superarlo para hacer realidad su ideal de inflación simétrica fijado por encima del 2% para compensar todo este tiempo por debajo de la tasa. Pero un recorte de medio punto contribuiría más a dar rienda suelta a las fuerzas que acelerarían el aumento de los precios.
Eso, no obstante, no va a suceder. Lo mejor que los inversores pueden esperar es que Powell mantenga la puerta abierta a más recortes pronto.
El problema es que Powell ha demostrado ser algo inconstante en sus opiniones, dependiendo de en qué dirección sople el viento. Pasó de querer subir los tipos de forma gradual, a querer que la Fed adoptara una postura prudente y mantuviera inalterados los tipos, y después a prácticamente garantizar un recorte inminente de los tipos.
¿Quién tiene la última palabra?
¿Entonces ahora qué? ¿Más recortes de los tipos o una vuelta a la paciencia? Y si Powell es reactivo, ¿quién tendrá la última palabra?
El presidente Donald Trump ha estado persiguiendo a la Fed para que recorte los tipos, y finalmente se está saliendo con la suya después de llamarlos de todo —incompetentes es de lo más bonito que les ha dicho.
Mucha palabrería de los miembros de la Fed sobre mantener su independencia frente a esta embestida presidencial, pero a cualquier observador externo podría darle la impresión de que están siguiendo las órdenes de Trump, aunque con bastante retraso.
Lo más probable, sin embargo, es que estén siguiendo doctrinas obsoletas arraigadas en la mentalidad de los economistas que ayudan a Powell y otros responsables de la política monetaria a decidir qué pensar. No es precisamente una buena receta para movimientos atrevidos, ni siquiera para una coherencia de una reunión a la siguiente.