Lael Brainard, miembro de la junta de gobernadores de la Reserva Federal, ha pedido que el Congreso y la Casa Blanca proporcionaran más apoyo fiscal para amortiguar el impacto de la pandemia del COVID-19 y ayudar a la recuperación económica.
Sus declaraciones se hacían eco de las del presidente de la Fed, Jerome Powell, incluso cuando el estancamiento entre la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, indica que no se llegará a ningún acuerdo antes de las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos.
Brainard ha dicho que las desigualdades del impacto de la pandemia podrían frenar la recuperación.
"Se necesitará más apoyo fiscal específico junto con una política monetaria acomodaticia para convertir esta recuperación en forma de K en una recuperación generalizada e inclusiva", dijo, utilizando el calificativo para la recuperación que usan los demócratas para indicar que algunos sectores de la economía se están recuperando, mientras que otros, en particular el sector servicios, siguen siendo duramente golpeados.
Brainard es la única gobernadora de la Fed afiliada a los demócratas. La exsubsecretaria del Tesoro de la Administración Obama se considera una de las principales candidatas a secretaria del Tesoro si Joe Biden gana las elecciones a la presidencia. Brainard fue nombrada miembro de la Fed en 2014.
"La recuperación sigue siendo muy incierta y muy desigual, con ciertos sectores y grupos experimentando importantes dificultades", informó Brainard en sus declaraciones por webcast ante la Sociedad de Economistas Profesionales el miércoles.
En una atípica evaluación sobre la incertidumbre de la recuperación, Brainard también declaró que la Fed debe mantener su política monetaria acomodaticia, respaldando su argumento con el repunte de los sectores sensibles a los tipos de interés como el automovilístico y el inmobiliario
El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, centró aún más la atención en la cuestión de las disparidades, pues el primer presidente afroamericano de un Banco de la Reserva Federal ha hecho hincapié en la necesidad de que la Fed aborde las desigualdades raciales en el impacto de la pandemia.
Los sectores más perjudicados como el de la alimentación y la hostelería emplean a los que se encuentran en los peldaños inferiores de la escala salarial, de modo que afecta desproporcionadamente a los trabajadores de las minorías. Bostic ha dicho que el nuevo enfoque flexible de la inflación de la Fed, que significa que no subirá los tipos de interés de manera preventiva para evitar la inflación prevista, debería ayudar.
"Un importante precio de ajustar prematuramente la política monetaria durante una expansión económica es que puede impedir que las oportunidades laborales lleguen a todas las comunidades".
Bostic ha dado explicaciones ante la Asociación de la Industria de Valores y Mercados Financieros. "Nuestro nuevo enfoque debería ayudar a las minorías, las mujeres y los que tienen bajos ingresos a estar más plenamente conectados con el mercado laboral".
El nombre de Bostic también se baraja como posible secretario del Tesoro o presidente de la Fed en los próximos años, aunque él evita habitualmente las preguntas sobre ese tipo de futuro.
El Libro Beige de la Fed, un resumen de los informes económicos de los 12 bancos regionales basado en sus contactos con las empresas locales, confirmó la descripción de Brainard de un repunte de las ventas de automóviles que beneficia tanto a los fabricantes de automóviles como a los concesionarios.
Varios bancos regionales informaron de "robustos" aumentos del empleo y el gasto de los consumidores, así como de las ventas de viviendas unifamiliares. De hecho, la escasez de inventarios y la disminución de la disponibilidad de mano de obra están dando lugar a una escasez en algunos sectores.
Como era de esperar, el gasto en "servicios de alto contacto" como los alojamientos y los servicios de alimentos sigue siendo débil. La demanda de propiedades de alquiler disminuye, especialmente en centros urbanos como Nueva York, y el sector inmobiliario comercial se ha descrito como debilitado.
En un frente más técnico, Lorie Logan, vicepresidenta ejecutiva de la Fed de Nueva York que administra la mesa de operaciones que ejecuta la política monetaria de la Fed, ha advertido de que la masiva intervención de la Fed en el mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos en marzo y abril al inicio de la pandemia COVID-19 mostró la necesidad de medidas para apuntalar ese mercado.
"Éste ha sido realmente un evento excepcional", ha comunicado vía videollamada al Grupo Operativo de Estabilidad Financiera Brookings-Chicago. Y añade: "Sin embargo, si bien es tentador descartarlo como un evento único en la vida, es importante tomarse un tiempo para reflexionar y evaluar si se pueden aprender lecciones que podrían hacer que el mercado de los bonos del Tesoro sea aún más resistente a futuros golpes".
La Fed compró unos 1,3 billones de dólares en bonos del Tesoro desde mediados de marzo a finales de abril y dijo que estas compras diferían de las compras de activos anteriores para estimular la economía porque estaban diseñadas para garantizar el buen funcionamiento de este mercado crítico.
Mientras tanto, las compras se han desacelerado hasta 80.000 millones de dólares al mes con 40.000 millones de dólares adicionales en valores respaldados por hipotecas en lo que los funcionarios han reconocido que es un ejercicio de expansión cuantitativa más clásico. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha hecho hincapié en que el banco central seguirá siendo flexible y hará lo que sea necesario para respaldar la recuperación económica.