El aumento de la inflación y el desplome de los mercados de bonos se han trasladado a Europa esta semana, ya que las primeras lecturas del IPC de la Unión Europea apuntan a una aceleración de la subida de los precios de más del 8% en el conjunto del año.
La inflación de Alemania se disparó hasta el 8,7% en mayo, según el índice de precios al consumo armonizado con las normas de la UE, frente al 7,8% de abril, su cota más alta desde la crisis del petróleo hace casi cinco décadas.
En España, el IPC armonizado subió un 8,5% en mayo, tras el 8,3% de abril. En ambos casos, ha sido superior a las previsiones.
Los informes de inflación lastraron los bonos del Estado. El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años, que funciona como referencia para el conjunto de la eurozona, subió 10 puntos básicos el lunes, hasta casi el 1,05%. El rendimiento de los bonos españoles a 10 años subió casi 12 puntos básicos, hasta cerrar justo por debajo del 2,12%.
Las noticias sobre la inflación llegan en un momento en el que los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo están cada vez más divididos entre los más agresivos que exigen una subida de medio punto en julio y los más prudentes que se inclinan por movimientos más cautelosos de un cuarto de punto.
Philip Lane, exdirector del banco central de Irlanda, que ahora es economista jefe del BCE, se pronunció el lunes pidiendo dos subidas de un cuarto de punto del tipo de depósito para salir del territorio negativo a finales de septiembre, después de que el BCE ponga fin a las compras de bonos en julio. En una entrevista concedida al diario español Cinco Días, Lane declaraba:
"El debate se producirá, pero nuestra evaluación actual de la situación, en la que pensamos que las previsiones de inflación a medio plazo coinciden con nuestro objetivo del 2%, exige un enfoque gradual de la normalización".
Como miembro del Comité Ejecutivo, Lane es una voz influyente en el Consejo de Gobierno del BCE. Es incluso más prudente que la misma presidenta del BCE, Christine Lagarde, que trata de mantenerse a medio camino aunque ha establecido la cautelosa hoja de ruta que sigue Lane.
El martes se conocerá el dato de la inflación del conjunto de la eurozona, con un probable aumento del 8% anual, mientras los economistas elevan sus previsiones de cara al conjunto del año.
Algunos analistas creen que las subidas de un cuarto de punto se sucederán reunión tras reunión hasta finales de año.
En un indicio de que la inflación está afectando a los inversores en deuda pública, la agencia de deuda de Francia innovó la semana pasada un bono verde indexado a la inflación. El bono a 15 años debutó con un rendimiento de -0,415% y recaudó 4.000 millones de euros sobre ofertas de más de 27.000 millones de euros.
Los 4.000 millones de euros son el importe máximo permitido para un bono indexado, pero la fuerte demanda ha permitido al Gobierno rebajar el rendimiento inicial en 3 puntos básicos.
Los datos apuntan a un posible pico de inflación en EE.UU.
Los mercados de Estados Unidos permanecieron cerrados el lunes con motivo de la festividad nacional del Día de los Caídos, y la jornada del viernes fue algo más corta por el mismo motivo. El índice de consumo personal que mide la inflación, publicado el viernes, mostró un aumento anual del 4,9% en abril, coincidiendo con las previsiones.
Los inversores se alegraron al comprobar que el descenso de la tasa subyacente de marzo, del 5,2%, fuera una señal de que la inflación podría haber tocado techo. El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, de referencia, ha descendido, aunque menos de un punto porcentual, hasta el 2,743%.
Las cifras de empleo de mayo se publicarán el viernes, pero podrían tener menos impacto de lo habitual porque la Reserva Federal ya ha programado dos subidas de medio punto para junio y julio.
No obstante, cualquier indicio de un descenso de la contratación se incluirá en la previsión de la inflación.