Qué diferencia marca una década. Los bonos a 10 años del Gobierno portugués van camino de un rendimiento del 0%, frente al del 16% registrado en el apogeo de la crisis de deuda de la eurozona en 2012 y el 4% de 2017.
Portugal ha mejorado su situación financiera, pero la principal diferencia ha sido una temprana compra de bonos por parte del Banco Central Europeo (BCE) como parte de su esfuerzo por amortiguar el impacto de la pandemia del COVID-19.
Más compras en el horizonte... más precaución también
Y el BCE ha ido indicando estos últimos días a los inversores que ya hay en marcha más compras de los bancos centrales. Luis de Guindos, vicepresidente del banco central, dijo el lunes que las economías de la eurozona están perdiendo impulso y el BCE reaccionará en consecuencia si los datos lo confirman.
Las actas de la reunión de septiembre de la junta directiva del banco central publicadas la semana pasada indicaban que los responsables de la política monetaria querían tener "vía libre" para inyectar más dinero a la economía, además de su programa de compra de emergencia de 1,35 billones de euros.
La mención de "incertidumbre" casi dos docenas de veces en las actas es una nueva pista de que el banco central está planeando la implementación de más estímulo, según los economistas.
En combinación con el fondo de recuperación de la UE de 750 000 millones de euros previsto, las ayudas europeas están apoyando los bonos portugueses, así como los de otros países de la periferia meridional que se encontraron contra las cuerdas durante la crisis de la deuda: Grecia, Italia y España.
En los últimos días, los bonos portugueses y españoles a 10 años se situaron en alrededor de un 0,14%.
Los analistas creen que cabe la posibilidad de que Portugal y España entren en territorio negativo.
El rendimiento de los bonos a 10 años de Italia ha perdido un 0,70% y ha ascendía a un 0,66% el martes, mientras que los bonos de referencia de Grecia a 10 años alcanzaron un rendimiento del 0,78%, descendiendo frente al rendimiento de casi el 1,0% de la semana pasada. Italia subastó 3.750 millones de euros en bonos sin cupón a tres años con una ligera prima hasta registrar un rendimiento de -0,14%.
La inflación de la zona euro cayó a -0,3% en septiembre desde el -0,2% de agosto, marcando el segundo mes consecutivo en territorio negativo y resucitando el fantasma de la deflación. En combinación con un aumento de las infecciones por COVID-19, la tendencia deflacionaria indica a los inversores que un aumento del gasto del BCE es inevitable.
La búsqueda de un rendimiento positivo, por pequeño que sea, está impulsando a los inversores hacia los bonos del sur de Europa, impulsando los precios (los rendimientos de los bonos se mueven inversamente a los precios).
Gráfico cortesía de TradingView
El diferencial entre los bonos de referencia a 10 años de Alemania y los de Italia se redujo a menos de 120 puntos básicos el martes en comparación con los más de 300 pb registrados al inicio de la situación de pánico provocada por la pandemia del COVID en marzo, ya que el rendimiento de los bonos se situó en menos de un 0,535%.
Las negociaciones entre el Congreso de los Estados Unidos y la Casa Blanca sobre un mayor estímulo fiscal también han hecho que los inversores adopten una postura de cautela y refuercen los precios de los bonos del Estado de Europa.
Esta cautela se ha extendió a las acciones, ya que el impacto del aumento de las infecciones y la noticia de que Johnson & Johnson ha detenido su investigación sobre vacunas y Eli Lilly (NYSE:LLY) el reclutamiento de participantes para su ensayo han planteado preocupaciones en torno al impacto de la pandemia y ha afectado al interés por el riesgo.
Los Gobiernos se han aprovechado de las bajas tasas de préstamo y la mayoría de los países de la eurozona ya han terminado de pagar más de tres cuartas partes de su endeudamiento previsto. Una desaceleración de la emisión de bonos impulsará aún más los precios y mantendrá esos rendimientos a la baja.
Los economistas creen que el BCE anunciará la implementación de nuevas medidas de estímulo en su reunión de diciembre, cuando publique sus previsiones de inflación y crecimiento. Mientras tanto, los inversores de bonos están actuando como si ya lo hubiera hecho, a pesar de que las compras de emergencia de bonos del banco central se redujeron a 70.000 millones de euros en septiembre desde los 120.000 millones de euros de junio, según una estimación.