¿Está justificado este supuesto malestar social del que tanto se habla en los medios? ¿Hay motivos válidos para respaldarlo? La manera correcta de responder es comparando números de hoy con números del pasado. Para esto, me voy a concentrar en sólo tres variables económicas: el desempleo, la inflación y el crecimiento per cápita.
Desde la vuelta a la democracia en 1983 con Alfonsín, la tasa de desempleo estuvo siempre por debajo del 7% hasta 1989. Sin embargo, el gran mal económico de su mandato fue una escalofriante tasa de inflación, cuyo promedio anual fue del 456%. La prueba de que la inflación destruye la vemos en la caída del 12% que sufrió el producto per cápita en este período y en el nivel de pobreza del 47% con el que Alfonsín se fue.
El primer año de Menem arrancó con una hiperinflación del 2314%. Sin embargo, en los años en que se implementó la convertibilidad, la inflación promedio fue del 10,74%. Este fue el período más largo de menor inflación de nuestra historia. En la década menemista, el producto per cápita creció un 32%, pero el gran mal fue el desempleo. En su segundo mandato, Menem tuvo un desempleo promedio del 15,35%.
De la Rúa no tuvo muchas chances: la inflación fue cercana al 0%, pero el desempleo se mantuvo en la zona del 15% y el producto per cápita se desmoronó un 10% en sus dos años en el poder.
Néstor Kirchner tiene las mejores cifras, luego de que Duhalde enfrentara complejísima tarea de administrar la pesificación. En su gobierno el producto per cápita creció un 35% (en sólo 4 años más que en toda la década menemista) con una inflación promedio del 7,6%. Respecto del desempleo, si bien el promedio se ubicó en el 15,4%, cayó al 9,4% en el último año de Néstor Kirchner y vale agregar que descendió en cada uno de los años del 2003 al 2007.
Con Cristina Fernández de Kirchner, la inflación volvió a ser un problema. El promedio en sus dos mandatos alcanzó al 26% anual, el desempleo se mantuvo en un promedio del 8% (a fuerza de subir más de un 50% el empleo público) y el producto per cápita creció sólo un 6%.
Hay en el período kirchnerista, una variable clave de la cual se hizo un abuso total: el gasto público. Alcanza ver como se duplicó el tamaño del estado en la era k:
Con esta perspectiva de la historia económica argentina reciente, ¿qué podemos decir del gobierno de Mauricio Macri? La tasa de desempleo se ubica en torno al 8% (sin motivos para celebrar ya que continúa el enorme empleo estatal), la inflación de los últimos 12 meses se ubica en el 30% y el producto per cápita cayó un 3,2%.
¿Hay motivos para este aire de malestar recesivo que algunos intentan instalar? Sería necio pensar que la economía argentina atraviesa un buen momento, pero parece exagerado sostener que estamos en una situación pésima. Si vemos los últimos números del INDEC, la economía muestra un crecimiento del 1,2% para noviembre y del 1,6% para diciembre.
En conclusión, la situación económica no es buena pero dista mucho de los peores momentos de la vuelta a la democracia. Sería ingenuo no tener en cuenta que cuando el peronismo no está en el poder, busca instalar un aire enrarecido. En este caso, los números indican que no hay justificativo para esto.