Es probable que los mercados latinoamericanos crezcan ligeramente en un contexto de cierta estabilización en los mercados emergentes después de que el Banco Central de Turquía decidió elevar la tasa de referencia hasta el 24%.
Esto será particularmente positivo para el mercado argentino, que se guía por las señales de Turquía, que tradicionalmente constituye un punto de referencia para los mercados emergentes en el mundo.
Sin embargo, los inversionistas de América Latina están esperando una decisión sobre la firma de un acuerdo comercial entre EE.UU., México y, posiblemente, Canadá. México también está dispuesto a concretar un acuerdo bilateral, aunque todavía está esperando un acuerdo tripartito.
Ya que no hay certeza sobre este tema, los actores del mercado siguen nerviosos. Esa tendencia es evidente en México, que sufre de aranceles estadounidenses de importación de acero y aluminio. Las autoridades del país esperan lograr la cancelación de estas tarifas antes de firmar un acuerdo con Washington.
Los mercados de América Latina también seguirán centrándose en las cotizaciones del petróleo. Al mismo tiempo, según el informe de la AIE, a pesar de que está creciendo la demanda de materias primas en el mundo, los riesgos económicos globales siguen aumentando. Los inversores temen que la incertidumbre pueda afectar el mercado mundial del petróleo, y estos temores siguen siendo factores a mediano plazo que determinarán la depreciación del petróleo.
Mientras tanto, los participantes del mercado esperan que se reduzcan las interrupciones de la exportación de petróleo desde Irán y Venezuela. Venezuela tiene previsto reabrir el muelle en José, el principal puerto de exportación de petróleo, a fines de septiembre después de su cierre que tuvo lugar en agosto. Esto debería garantizar un aumento en el volumen de suministros de petróleo de este país.