Después de meses de negociación y a regañadientes, Trump finalmente cerró el año 2020 firmando el nuevo paquete de estímulo previamente aprobado por el congreso. El nuevo paquete de 2.3 billones de dólares incluye 900 mil millones para estimular la economía en un intento de palear el enorme daño que ha causado la pandemia. A la par, los mercados celebraron un año histórico, el 43% de ganancias del Nasdaq 100 hace que el 16% del S&P 500 parezca una ganancia modesta, algo totalmente desconectado con la caída del 4% esperada para la economía estadounidense.
El 2020 increíblemente bueno para los inversionistas, pero contrastante con la economía fue un regalo de la FED. Los efectos del "quantitative easing" han hecho que el balance de la FED nuevamente se dispare. La compra de bonos gubernamentales, corporativos y otra clase de activos para inyectar liquidez a los mercados y financiar enormes déficits de los gobiernos y empresas, ha eliminado el riesgo del mercado y cuestiona los paradigmas de la autonomía de los bancos centrales financiando a sus gobiernos, la tasa de interés real es negativa y la institución no ha dejado de reiterar que inyectará lo necesario para mantener la estabilidad de los mercados.
El final de año fue una mezcla entre optimismo por el comienzo de la distribución de las nunca más ansiadas vacunas, y pesimismo por aumentos drásticos en el número de contagiados por COVID-19 junto con nuevas medidas de confinación, pero pese a esto el famoso mantra de los traders de Wall Street “Don’t Fight The FED” nunca había sido tan preciso y adecuado. Los inversionistas deberían aprovechar cualquier retroceso del mercado en estos días para abrir posiciones.
Las acciones, los índices, el oro, el petróleo y las criptomonedas seguirán subiendo. La FED confirmó hace unas semanas que los programas de compra de activos continuarán durante 2021 y eso sumado al nuevo paquete de estímulo se reflejará nuevamente en los precios de los activos. Así, lo que vimos el año pasado lo veremos en este, al menos hasta que la FED anuncie lo contrario en las minutas de la FOMC a publicarse en estos días.
Las consecuencias de la pandemia no se irán, pero al menos algo es verdad, 2021 no puede ser peor que 2020. Las vacunas ya están aquí, la pandemia pasará y la recuperación continuará. Las proyecciones son positivas, para EEUU se espera un crecimiento de poco más del 3%, para México algo cercano al 3.5% y para la economía mundial un rebote cerca del 5%.
El mercado en tiempos de COVID-19 juega bajo el lema mencionado en un famoso libro de inversiones que reza en latín: “Res tantum valet quantum vendi potest” que significa “Una cosa vale solamente lo que alguien más está dispuesto a pagar”, y esa psicología llevó al Bitcoin a romper máximos históricos, al mercado a pagar más de mil dólares por cada dólar de utilidad que genera Tesla (NASDAQ:TSLA) o a la IPO de Airbnb doblar su valor en el primer día ignorando lo lastimado del turismo. Sin embargo, que no nos sorprenda que esto continué. Mientras la FED se coma el riesgo, los mercados de 2021 contarán la misma historia que en 2020.