Lo que ha estado ocurriendo durante las últimas semanas es prácticamente el resultado de un proceso político, social y económico que podíamos ver llegar.
Las crisis son procesos históricos que comúnmente tienen explicaciones tangibles, referente a los medios de producción, la industrial y hasta los mismos avances tecnológicos, como lo fue en el año 2000.
En pleno 2020, y pese al amplio desarrollo de las regulaciones, el seguimiento de los sectores de alto riesgo y el aprendizaje de crisis anteriores, nos lleva a este momento, donde todos tenemos miedo de qué podría ocurrir en el mundo. Solo que, en estos instantes, la causa no es un sector específico. Estamos un poco cegados, ¿cuál realmente es el problema tangible que nos lleva a tener que cerrar la operación de las bolsas dos veces a la semana por las caídas por encima del 7%?
¿Realmente esto es resultado del COVID-19?
Las alertas de lo que está pasando a 3 meses del presente año son ténues y aleatorias, pero ahí habían estado.
Muchos analistas se centran en un sector o en algún tipo de activo en específico, pero si vemos la coyuntura macroeconómica entre distintos sectores, es un hecho que el COVID-19 solo fue el fósforo, ya que todo esto es un cúmulo de factores a nivel mundial que fueron más que focos rojos regionales.
Europa 2019
Durante todo el año 2019, Europa tuvo problemas sociales, que se vienen arrastrando desde hace un par de año, el Brexit ha sido un punto de inflexión entre la Zona Euro que con la salida del Reino Unido pierde ese pilar importante. Las recesiones técnicas fueron comunes en 2019, pero nadie imaginaría que Alemania iba a tener un problema de esta índole.
Europa tiene una tasa de interés de referencia de 0%; busca incentivar el consumo de su población pese a ello y a factores culturales, no es posible “echar a andar el gran barco”, como se puede ver en la siguiente tabla:
Fuente: gfk.com/germanconsumerclimate
En la tabla anterior se muestra a la situación de Alemania en el último año, siendo que pese a tener una tasa que incentiva la liquidez y el consumo, este mismo ha disminuido en ingresos y así mismo la confianza del consumidor se ha visto deteriorada en el transcurso de un año, todo lo anterior es la respuesta de la población a lo que ocurre en la Zona Euro, donde los pilares se encuentran en “jaque”; las personas prefieren tener la seguridad del dinero en sus manos, antes que perderlo todo.
América y Asia 2019
La posición en la cual se encontró América y Asia no fue distinta del todo, durante todo el año 2019 hubo una fricción fuerte entre todas las relaciones comerciales, que afectó a los mercados en la primera mitad del año.
La postura política se complicó con esta guerra comercial Estados Unidos – China, todos al terminar el año pensábamos que tendríamos serenidad, al firmar la primera fase de este tratado. Pero no es posible olvidar el “back” de esta guerra que durante el año 2019, donde la volatilidad aumentó; tuvimos oportunidades de crecimiento por encima del 50% en empresas e instrumentos como ETF’s, pero pasaba lo mismo de manera inversa, toda la confrontación que estaba en el plano político se tornaba compleja.
Algunos olvidamos aspectos fundamentales de política monetaria que ocurrieron en 2019, el recorte de las tasas de interés después de 4 años de constante subida iba a empezar a golpear las inversiones en distintos mercados, aunado a la volatilidad del mercado hizo que la descapitalización fuera inevitable.
La tasa de interés referencia, el punto fundamental para entender lo que ocurre a nuestro alrededor, las condiciones económicas estructurales no estaban en el momento idóneo para hacerla caer, ya que la organización política-economía era débil por lo complejo de las relaciones internacionales, aun así, se buscó incentivar el consumo por medio de esta política monetaria, debido a que durante este año tuvimos una inflación “perfecta” pero nuevamente olvidaron verificar los factores clave como lo es el crecimiento económico de manera global.
¿Era momento para inyectar liquidez a la economía?
Las tasas de interés son un factor determinante para generar liquidez en la economía, pero reducirlas es siempre un tema delicado, si la economía no se encuentra en un momento idóneo para realizar este proceso.
Los movimientos sociales en América durante el año anterior dejan estragos de incertidumbre y miedo referente a lo podría pasar en los países, signos de esto son los problemas que hubo en Chile y Argentina hablando de América Latina.
En México el crecimiento modesto, por no decir que nulo, y los problemas políticos en Estados Unidos como la guerra comercial y el “impeachment" a Trump son aspectos que marcaron una línea descendente en la confianza de los inversionistas y consumidores. Realmente, el COVID-19 explotó todo el miedo que existe detrás de la población. Estos procesos sociales y políticos mermaron la confianza, dando como resultado que la caída de las tasas no fueron una respuesta, bajar las tasas de interés no aumentaron el consumo, por el contrario, trajeron consigo mayor incertidumbre de lo que estaba pasando y como iban a reaccionar los bancos centrales para salir de un bache en 2019 pero como resultado ocurrió lo siguiente:
Fuente: Elaboración propia con datos BANXICO
Al invertirse el rendimiento de los bonos de largo plazo con los de corto, no fue más que el empuje para lo que estamos viviendo en estos momentos, debido a que la incertidumbre aumentó y la preferencia de la liquidez no fue la estrategia que haría retomar la confianza en los mercados.
Todo esto para cerrar con broche de oro, con los movimientos bruscos en el precio del petróleo.
Concluyendo con esto, el COVID-19 solo es la punta del iceberg, fue lo que explotó lo que ya habíamos prever desde hace meses antes, la situación estructural de la economía es parte fundamental. Los problemas en los mercados pueden empezar a migrar a la población, muchas veces la desinformación conlleva que, cuando ocurran momentos como los que estamos viviendo desde el 15 de enero 2020, se convierta en la principal causa, pero no es así, la coyuntura y los ciclos económicos nos llevan a estos momentos, donde la economía simplemente no puede explicarse sola y que las acciones no lleguen a detener algo tan inminente como lo que tenemos en esta primera quincena de marzo 2020.