- El IGAE tuvo una variación de -0.45% m/m vs -0.17% estimado.
- La debilidad se concentró en los servicios (-0.45%), 6 de 9 actividades cayeron.
- El crecimiento total del año se ubicaría cerca de 2.80%
El resultado supone un retroceso importante para la recuperación El panorama para la economía mexicana se deteriora rápidamente, pues en noviembre el Indicador General de la Actividad presentó su peor resultado en 15 meses con una variación de -0.45% respecto a octubre. Si a ello sumamos la expectativa de un deterioro similar al cierre de año, es muy probable que los flujos de actividad económica hayan cerrado por debajo de los niveles de 2018, lo que supone un retroceso importante para el proceso de recuperación. Además, las probabilidades de que el crecimiento del PIB haya superado el 3.00% son ahora bastante limitadas y en su lugar esperamos una variación de 2.80% en todo 2022.
El dato se conocerá la siguiente semana y será clave para moderar los temores de que hay una recesión en puerta o para reavivarlos si se presenta una decepción mayúscula. La debilidad se concentró en los servicios (-0.45%), 6 de 9 actividades cayeron De manera desglosada, la sorpresa vino por el lado de los servicios, pues ya se sabía que la industria (+0.02%) había tenido debilidad en el mes.
El pronóstico del INEGI apuntaba a una contracción de -0.3% en el sector, pero está terminó siendo de -0.94% debido a bajas fuertísimas en el comercio al por mayor (-1.42%) y al por menor (-1.12%), que sorprenden por ser las segundas consecutivas en un periodo que, a pesar de lo procesos de ajuste estacional, suele ser beneficiado por la derrama que generan las promociones del Buen Fin. En total, 6 de las 9 categorías de actividades terciarias cayeron, lo que sugiere un desgaste significativo del gasto de empresas y consumidores ante la elevada inflación que ha perdurado por meses y la mayor incertidumbre que se asoma en el horizonte.
¿Qué esperar?
El resultado de hoy es una mala noticia para la coyuntura económica local, pues comienza a derribarse la noción de resiliencia de la que había gozado el aparato productivo mexicano durante gran parte del año. En cambio, las previsiones para el futuro inmediato son poco alentadoras, pues luce difícil que el PIB escape de la contracción en el primer trimestre del año y, si se materializan los temores de recesión en Estados Unidos en los próximos meses, podría configurarse un escenario de crisis regional. De esta manera, creemos que las variables económicas y financieras podrían enfrentarse a un ambiente disruptivo en el corto plazo, en donde el comportamiento del tipo de cambio y las tasas de interés será muy diferente a lo mostrado hasta ahora en las primeras semanas de 2023.