No aprendemos. Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nos tiene ya muy acostumbrados a los sustos a golpe de tuit, no aprendemos. Depende del contenido, pero sobre todo del tono, de los mensajes de Trump en Twitter, su red social por antonomasia, los mercados financieros mundiales son capaces de desplomarse y marcar mínimos o rebotar y superar máximos.
No aprendemos. Incluso, aunque las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China hayan alcanzado un punto de tensión máxima, si el magnate y presidente lanza un mensaje de ‘cierto optimismo’, que en boca de cualquier otro mandatario no se creería nadie, los mercados se lanzan a por todas y se aferran al verde.
Es de sobra conocida la estrategia que está llevando a cabo Donald Trump: llevar cualquier negociación que tenga entre manos al límite, para después, rubricar un acuerdo que lo proclame vencedor y genere al aplauso de ciudadanos, empresarios, mandatarios internacionales y, cómo no, de los inversores.
Los mercados saben que Trump quiere alzarse vencedor en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 en Estados Unidos. Y, para ello, debe llevar bien la cuenta de qué hace, cómo lo hace, por qué lo hace y, sobre todo, cuándo lo hace.
Como todo gran estratega, el Sr. Trump sabe manejar cualquier situación a su antojo. En el caso de la guerra comercial con China, por mucho que un mandatario de alto nivel como el presidente Xi Jinping quiera jugar sus cartas, Donald Trump siempre quiere ir un paso por delante. Y lo mismo ocurre con la guerra comercial que mantiene con Europa, con el Sr. Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
Los mercados también saben que a Trump le conviene alcanzar acuerdos con grandes potencias. Los acuerdos comerciales siempre son buenos para un país. Trump también lo sabe, por supuesto. Pero ha dejado claro (como ocurrió con el acuerdo con México y Canadá) que todo se llevará a cabo cuando él diga y como él quiera.
Si miramos atrás, veremos que el presidente estadounidense es muy dado a lanzar órdagos, que de momento atemorizan, pero que después se van disipando en el tiempo hasta quedarse en nada... Cuando mayor sea el pánico, mejor. Cuando más parezca que un ‘crack’ bursátil está cerca, mejor.
Pero no aprendemos.
En este complicado escenario, algunos inversores ya empiezan a ‘seguir el juego’ de Trump e intentan sacar tajada. Es lo que recomendaba esta semana JP Morgan (NYSE:JPM): ¿Sell in May and go away? De eso nada: aprovechen las caídas, tomen posiciones y compren barato. Y cuando vean que el rebote supera máximos, vendan.