Resumen
El escenario de incertidumbre se mantiene y las incógnitas sobre cómo, hasta cuándo y de qué intensidad será la crisis económica provocada por el coronavirus siguen pesando en la aversión al riesgo de los inversionistas. Sin embargo, la semana pasada se caracterizó por un respiro en los activos financieros más riesgosos. Las bolsas de valores en el mundo, así como monedas de economías emergentes frente al dólar acumularon, por primera vez desde finales de febrero, 3 días consecutivos de recuperación, dando señales de que se empieza a ver algo de luz en las obscuridad de la crisis. Lo anterior después del anuncio sobre una carretada histórica de estímulos fiscales y monetarios de los gobiernos y bancos centrales de los principales países del mundo, buscando mitigar para la segunda mitad del año lo que seguramente será una caída histórica en el PIB global del primer semestre de este año.
Primero, ayudaron los nuevos anuncios de estímulos por parte de la FED, en busca garantizar liquidez que no se convierta en falta de solvencia para las empresas norteamericanas. El banco central estadounidense propuso una flexibilización cuantitativa ilimitada, es decir, la compra de bonos del gobierno y otros tipos de propiedades bancarias, introduciendo así nuevo dinero líquido en la economía misma. Powell reiteró que el banco central no se ha quedado sin municiones y que todavía tienen margen de maniobra en otras dimensiones para apoyar la economía. Segundo, contribuyó a esta ligera mejora en los mercados financieros el acuerdo de apoyos fiscales aprobado por el Congreso estadounidense por 2 billones de dólares para hacer frente al impacto negativo del coronavirus.
Ambas acciones, fueron el pretexto de los inversionistas para revivir el apetito por activos considerados de mayor riesgo. Si agregamos la ayuda del gobierno de la administración del Presidente Trump con el apoyo de la Reserva Federal al mercado, acumula un monto de 6 billones de dólares, 30% del PIB estadounidense. Un apoyo histórico.
Sin embargo, si bien las respuestas monetarias y fiscales han sido bienvenidas por los inversionistas, todavía existe la sensación de que podrían constituir un punto de partida y no un punto final, dado que los casos de virus siguen aumentando y los Gobiernos continúan reaccionando limitando la libertad de movimiento de sus poblaciones, en forma de cuarentenas, y cerrando y clausurando negocios. Por lo que es más evidente que el daño económico de esta pandemia puede ser más alto de lo esperado.
La recuperación de los mercados financieros en la semana pasada ayuda a crear una atmósfera más optimista, dimensionando con un mayor grado de certeza de que nos acercamos al punto de inflexión negativo en los activos financieros globales y esperaremos señales más claras de que las cosas pudieran mejorar hacia adelante. Con ello, las ganancias de 3 días en las bolsas de valores y monedas de varios países no obedece aún a un cambio de tendencia, ya que todavía podemos registrar jornadas muy negativas de aversión al riesgo, sobre todo cuando países enteros siguen encerrados en casa, sin la posibilidad de cambiar la economía.
Las afectaciones económicas derivadas del coronavirus alrededor del mundo se están presentando mucho más violentas de lo que se anticipaba. En particular, las cifras en Alemania (confianza del inversionista), Eurozona (PMI compuesto y de servicios) y EUA (solicitudes iniciales de desempleo) han sido más débiles de lo esperado.
En particular, el número de solicitudes registradas en las oficinas de empleo estadounidenses aumentó en una cifra récord de 3.28 millones de nuevos solicitantes, un máximo histórico y por mucho (el récord anterior era de 695 mil solicitudes en una semana en octubre de 1982).
En cuanto a la realidad del coronavirus, los inversionistas quieren ser optimistas sobre la situación, pero lo cierto es que sigue habiendo datos adversos y la incertidumbre se mantiene en máximos. En este sentido, las buenas noticias llegan de los dos países más afectados, Italia, donde desciende el número de infectados, y China, donde se levantará el confinamiento de la provincia de Wuhan, epicentro del brote, el 9 de abril.
Los analistas no esperamos todavía que el sentimiento de fondo de los inversionistas mejore hasta que se vislumbre un giro sustancial en la crisis sanitaria. Los picos de la epidemia podrían estar cerca en España e Italia, pero faltará un nuevo pico en EUA y otros países latinoamericanos (incluido México), lo que nos sugiere que aún es pronto para una apuesta agresiva por los activos de riesgo, aunque empiezan a formarse señales que seguiremos puntualmente.
En México, en materia económica, la actividad medida por el IGAE se contrajo -0.7% durante enero. Se trata del primer retroceso para un mes similar desde el 2009. Previo al tema de la pandemia por el coronavirus, ya anticipábamos un primer trimestre débil. Hacia delante, las expectativas de crecimiento para México se colocan en un escenario negativo, sobre todo en el segundo trimestre del año. Nuestra expectativa de caída del PIB para 2020 es cercana al 4.0%. El gobierno mexicano ha propuesto utilizar fondos hasta por 400 mil millones de pesos de alivio económicos ante el cierre de negocios, actividades de gobierno y empresas.
Por su parte, tal como se esperaba la agencia S&P anunció una baja en la calificación de la deuda soberana de México (en moneda extranjera) en un escalón de BBB+ a BBB. Todavía se mantiene dos eslabones arriba de grado de inversión. La perspectiva de la calificación la dejó en negativa. La justificación detrás de esta decisión es que prevé un impacto pronunciado sobre la economía mexicana en el corto y mediano plazo, derivado de la combinación de shocks del coronavirus (en México y EUA) y de la caída en el precio internacional del petróleo. La agencia hizo un anuncio similar para Pemex, recortando también a BBB su calificación.
El peso mexicano logró recortar parte de las pérdidas de las últimas semanas. Así, después de alcanzar su peor nivel histórico (cerca de $25.50), la moneda se apreció poco más de 2 pesos, en medio de un retroceso generalizado del dólar. Las ganancias no se intensificaron por el recorte en la calificación de la deuda soberana de México. El comportamiento de la moneda estará supeditado en mayor medida a los factores externos, en particular la evolución del tema del COVID-19.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Esta semana, la atención de los mercados financieros seguirá enfocada a todo lo concerniente a las noticias sobre el COVID-19. empleo en EUA.
Adicionalmente, en EUA se publicará de febrero: ventas pendientes de casas, pedidos de fábrica y órdenes de bienes duraderos; de marzo: actividad manufacturera de la FED de Dallas, índice de confianza del consumidor medido por el Conference Board, cambio en el empleo privado de la agencia ADP, ISM manufacturero y de servicios; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, conoceremos confianza económica y del consumidor, estimación de inflación y PMI manufacturero, de servicios y compuesto, todo de marzo. En Asia, de Japón, producción industrial de febrero; en China, PMI manufacturero, de servicios y compuesto (Caixin) de marzo.
En México, Banxico publica su encuesta de expectativas y habrá dato de índice de confianza del consumidor de marzo.
Expectativa para el Tipo de cambio
La propagación acelerada de Covid-19 seguirá pesando sobre el apetito de riesgo de los inversionistas, por lo que los mercados financieros seguirán volátiles. Aunque cierto optimismo se ha asomado, la propagación del virus no parece estar disminuyendo e incluso se ha acelerado fuertemente en EUA durante los últimos días. Mientras más tiempo demore en aparecer la inversión de pico o curva en zonas críticas como Estados Unidos y Europa Oriental, las caídas y oleada de ventas continuarán. Las cifras económicas que se publicarán en la semana servirán para complementar la evaluación del impacto del coronavirus en el desempeño de las economías. En este sentido destaca el informe oficial de empleo, donde la expectativa es que se produzca una caída similar a las vistas durante los peores momentos de la crisis de 2008-2009. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $22.50 y $25.0 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar una baja o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 7.0% – 8.10%.