- Intel (NASDAQ:INTC) planea una inversión de 50.000 millones de dólares en Europa e Israel
- El gigante estadounidense decepciona con sus resultados trimestrales
- ¿Es la corrección actual una buena oportunidad para buscar una posición de compra?
Intel es el mayor fabricante de chips y microprocesadores del mundo y una de las leyendas de Silicon Valley. Fundada a finales de los años 60, el crecimiento de la empresa se aceleró fuertemente en los años 90 con el desarrollo del mercado de ordenadores personales, que la llevó a posiciones de liderazgo en el sector. Estos últimos meses, el sector de los semiconductores se ha convertido en un problema para las principales potencias mundiales, China y Estados Unidos, lo que ha provocado la imposición de nuevas sanciones y restricciones al comercio internacional de estos productos.
En consecuencia, todos los movimientos de Intel en materia de inversiones son objeto de un minucioso escrutinio no sólo por parte de los inversores, sino también de los Gobiernos de Occidente en general, con Estados Unidos a la cabeza. Según se ha anunciado, Intel ampliará su capacidad de producción en Alemania, Polonia e Israel, donde invertirá en total más de 50.000 millones de dólares.
Inversiones estratégicas de Intel: ¿qué construirá la empresa?
De los tres países que figuran como objetivos de inversión, la mayor cantidad —algo menos de 33.000 millones de dólares— se destinará a la construcción de dos plantas de fabricación de semiconductores en Magdeburgo. Sin embargo, hay que señalar que aproximadamente un tercio de esta cantidad será sufragada por el Gobierno alemán. Una solución similar con financiación gubernamental se ha asignado a la planta de Polonia, que se encargará de la integración y ensayo de semiconductores, complementando la infraestructura prevista en toda Europa. El magnate estadounidense invertirá en Israel una cantidad ligeramente inferior a la alemana, pero aun así impresionante: 25.000 millones de dólares. Será la mayor inversión extranjera de la historia del país.
Sin embargo, aún habrá que esperar para comprobar los primeros efectos de los acuerdos alcanzados, ya que se espera que la producción según los pedidos iniciales en los emplazamientos mencionados comience en cuatro o cinco años. Por lo tanto, a corto y medio plazo, el impacto en los resultados de la empresa y en la valoración de las acciones no debería ser significativo.
La situación financiera no inspira optimismo
Lo que puede resultar preocupante en el contexto de la vuelta de Intel a una tendencia alcista es la situación financiera de la compañía, sobre todo desde el punto de vista de los resultados trimestrales. De los cuatro últimos estados financieros, tres de ellos mostraron un nivel de beneficio neto negativo, lo que, combinado con la caída de los ingresos, se suma a una mala calificación del indicador de salud financiera (2 puntos en una escala de 5).
Figura 1: Ingresos y beneficios trimestrales de Intel, fuente: InvestingPro
El ratio de rentabilidad del flujo de caja libre, que compara el flujo de caja libre por acción con su valor de mercado por acción, también es preocupante. Los tres últimos trimestres muestran un claro descenso, lo que no anima a una buena recomendación, ya que los inversores podrían no obtener un rendimiento satisfactorio a cambio de su capital invertido.
Figura 2: Rendimiento del flujo de caja libre de Intel, fuente: InvestingPro
Las cuestiones fundamentales hacen que la cotización de la empresa se mantenga dentro de una tendencia bajista y se aleje claramente de sus principales competidores, encabezados por Nvidia (NASDAQ:NVDA).
¿Será la corrección una oportunidad para tocar fondo a nivel local?
A finales de mayo y principios de junio, las acciones de Intel experimentaron un movimiento alcista, que se debió principalmente a la buena disposición general hacia el mercado bursátil. Sin embargo, estas dos últimas jornadas han estado marcadas por una dinámica de relajación, lo que pone un signo de interrogación sobre la continuación del movimiento alcista. Si nos fijamos en el indicador del valor razonable, lo más probable es que se mantengan los niveles actuales.
Figura 3: Valor razonable de Intel, fuente: InvestingPro
Desde un punto de vista técnico, merece la pena observar la reacción del precio ante el nivel de soporte más cercano, situado cerca de los 32 dólares por acción. Sin embargo, dada la dinámica de los descensos, no cabe suponer que se trate de un movimiento correctivo clásico.
Figura 4: Análisis técnico de Intel
Teniendo en cuenta tanto los argumentos técnicos como los fundamentales, la demanda podría tener muchos problemas para tomar la iniciativa. Una de las condiciones básicas para volver a la tendencia alcista debería ser una mejora de los resultados trimestrales en la segunda mitad del año.
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