- En el 3T-22 la variación de los agregados fue de 1.5% trimestral vs 0.9% del PIB.
- Las exportaciones siguen brillando con tasas de 2.9% trimestral y 11.5% anual.
- La inversión pública acumula 3 caídas en los últimos 4 periodos.
Los resultados refuerzan la narrativa de fortaleza para la economía
Esta mañana se publicaron las cifras de la Oferta y Demanda Global, que son estadísticas que nos permiten entender mejor la dinámica de crecimiento en el país. La variación durante el tercer trimestre del año fue de 1.5% trimestral y 6.4% anual, teniendo a las exportaciones y al consumo como los principales contribuyentes. De hecho, estos dos componentes han aportado más del 90% del crecimiento en los últimos 12 meses y son los causantes de las sorpresas alcistas que en varias ocasiones han dado los resultados del PIB. En contraparte, la inversión tuvo un alza muy discreta de 0.7% trimestral y, al interior, la inversión pública cayó en 1.0%, sumando así 3 bajas en los últimos 4 trimestres. El gasto de gobierno mantuvo un buen ritmo de avance (+0.8% trimestral), pero dado el tamaño reducido en comparación con los otros componentes, su influencia es mínima. No obstante, los resultados agregados refuerzan la narrativa de fortaleza que ha recaído en 2022 sobre la economía mexicana y es posible que el avance total del año sea uno de los mejores desde 2013.
Rumbo Económico
En general, el mensaje es positivo y augura una pronta recuperación de la economía tras 6 trimestres de los confinamientos iniciales por la pandemia de Covid-19. De hecho, la Oferta y la Demanda Global ya han superado sus niveles precrisis, lo que dice mucho de la naturaleza de este proceso, en donde el consumo de bienes importados ha tenido tasas de crecimiento de más de 20% anual en promedio durante los últimos 2 años, mientras que las del nacional son de apenas 7%. Así, es natural observar que a pesar del buen ritmo en la actividad aún hay sectores con fuertes rezagos como la construcción, la minería y algunos servicios, pues el gasto se ha redireccionado. Hacia adelante, creemos que el consumo y la inversión serán los principales afectados por los efectos de la postura restrictiva de los Bancos Centrales, resultando en una notoria desaceleración del crecimiento en 2023.