En lo que va de 2022, sorpresivamente, el peso mexicano ha logrado mantener una tendencia de apreciación cercana a 1.30%. Esta situación no es exclusiva de la moneda mexicana, ya que la mayoría de las divisas de países emergentes ha corrido con la misma suerte.
Sorprende porque el escenario global y los elementos alrededor parece que deberían de presionarlo.
En mayor grado, el factor que debería de generar retrocesos generalizados en los mercados cambiarios es el inminente inicio de un endurecimiento de la política monetaria por parte de la FED.
Con la inflación en máximos de 40 años, los miembros de la Reserva Federal concluyeron en la pasada reunión que se daban las condiciones para proceder a un repunte de las tasas de interés "pronto". Además, la mayoría de los integrantes del comité de política monetaria señalaron que si la inflación no baja como esperan, sería apropiado que el comité ajustara las decisiones y procediera a una normalización monetaria más rápida de lo previsto. El mercado por lo pronto ya descuenta seis alzas de tasas en 2022, el doble de lo que la autoridad monetaria estimaba en diciembre pasado.
Además, está también como factor negativo el asunto de las tensiones geopolítica en Ucrania. Aunque se confía en la vía diplomática, hasta ahora no ha habido muchos avances y se sigue hablando de una invasión inminente por parte de Rusia.
Así, las dos grandes preguntas son: ¿por qué a pesar de esta incertidumbre, la moneda mexicana ha logrado sortear de buena forma registrando una ganancia? ¿seguirá comportándose con relativa fortaleza en las siguientes semanas?
No son preguntas fáciles de responder, pero para el primer cuestionamiento, la justificación detrás sería:
• Rendimientos reales. Normalmente los ciclos de salida de estímulos monetarios, incluidos aumentos en las tasas de interés por parte de la FED de EUA tienden apreciar al dólar frente a la mayoría de las monedas, afectando más a los tipos de cambio de países emergentes. La razón en ciclos anteriores de salida de estímulos se había dado porque la economía norteamericana daba señales de sobrecalentamiento, lo que podría provocar aumento en la inflación. Sin embargo, en esta ocasión la inflación subió primero por los efectos de la pandemia y los aumentos en la tasas de interés viene muy retrasados, a lo que ha provocado efectos contrarios en las monedas. A pesar de la expectativa de alzas de tasas de interés por parte de la FED, la realidad es que la tasa seguirá estando en niveles muy bajos por un tiempo prolongado y con las expectativas actuales de inflación en EUA, los rendimientos en términos reales siguen siendo muy negativos para el inversionista extranjero, mientras que en economías emergentes, incluido México, están cercano a cero o incluso son ya positivos, por lo que los reacomodos de portafolios han sido más lentos que de costumbre ante el incremento de apuestas hacia una FED más agresiva. Sin embargo, esta situación en algún momento se revertirá en contra de monedas como la mexicana (cuando efectivamente suba tasas la FED y empiece a bajar la inflación).
• Escasas opciones de inversión rentables. Bajo un escenario de alta incertidumbre y volatilidad, la renta fija no está siendo precisamente una opción para el refugio, puesto que la subida de las rentabilidades de los bonos como anticipo a las alzas de tasas de interés por parte de la FED, deprecia su valor. En este sentido, y muy ligado al tema de arriba de los rendimientos en términos reales, monedas emergentes y renta variable global lucen como opciones atractivas para introducir en las carteras de los inversionistas.
• Política monetaria de Banxico. Por seis reuniones consecutivas, Banco de México ha subida su tasa de interés de fondeo, para actualmente dejarla en 6.0%. La razón detrás es la búsqueda de anclar las expectativas de inflación y hacia adelante la expectativa es que la autoridad continúe con su estrategia de alza para lo que resta del año. Estos incrementos han contribuido en ampliar el diferencial de tasas de interés respecto a las inversiones en dólares, lo que termina haciendo atractivo invertir en activos denominados en pesos mexicanos.
• Precio internacional del petróleo. Las principales referencias internacionales del precio del crudo han alcanzado en los últimos días máximos de ocho años. Aunque este repunte tiene puntos a favor y en contra, inicialmente la valoración que le dan los operadores es que los países petroleros se estarían beneficiando con este hecho, y en este sentido, a México se le considera todavía como una economía dependiente del commoditie, lo que indirectamente termina favoreciendo a la moneda mexicana.
• Conflicto en Ucrania. Los inversionistas poco a poco se acostumbran a la compleja situación en Ucrania y a la forma como están negociando evitar una guerra los rusos y el occidente, encabezados por EUA. Consideramos que hasta que no se concrete una invasión los mercados seguirán confiados a una salida diplomática al conflicto.
Hacia adelante, y buscando contestar el segundo cuestionamiento, esta relativa fuerza del peso mexicano puede extenderse algunas semanas o meses más, mantenerse alrededor de $20.30, pero consideramos que la expectativa de corto y mediano plazo es de depreciación, conforme se acerque la fecha del próximo encuentro de la FED, previsto para el 16 de marzo, y se concrete este endurecimiento previsto. Así, no se puede descartar que en los próximos trimestres se observen cotizaciones del tipo de cambio por arriba de $21.0 spot.