Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
La gran noticia de estos días ha sido la actualización de la vacuna de Pfizer (NYSE:PFE): sus resultados ahora muestran que su vacuna tiene una eficacia del 95% en lugar del 90% en la prevención del coronavirus. Esto supera la efectividad del 94.5% reportada por Moderna (MX:MRNA) a principios de esta semana. Desafortunadamente, los traders de divisas y acciones no quedaron impresionados.
El problema es que, aunque los inversores creen que las compañías farmacéuticas están cerca de la línea de meta, entienden que la distribución generalizada no puede ocurrir hasta la primavera de 2021 como muy pronto. Moderna, cuya vacuna tiene una vida útil más larga y se puede almacenar a -20 grados (temperatura más cercana a un congelador normal) frente a los -70 grados de Pfizer (más frío que en la Antártida), detalló los problemas de la producción masiva de la vacuna. Con líneas de producción adicionales, sólo pueden producir alrededor de 500 millones de dosis. También como hemos estado hablando durante las últimas semanas, con la distribución generalizada de la vacuna a meses de distancia, la pandemia va a seguir empeorando en Estados Unidos y en el extranjero —Japón ha activado su nivel máximo de alerta de virus tras informar de los casos registrados el miércoles.
El dólar amplía su descenso con respecto a las demás monedas principales, y los dólares neozelandés y canadiense encabezan la subida. Los datos más débiles de licencias de obra y de promociones de vivienda no ayudaron. El índice manufacturero de la Fed de Filadelfia de mañana también debería ser más suave en vista del gran descenso indicado en la encuesta estatal de Empire. Los datos de inflación más fuertes de Nueva Zelanda y Canadá han contribuido a impulsar esas monedas. En Nueva Zelanda, los precios de la producción han subido más de lo esperado y en Canadá, los precios al consumo han subido un 0.4% frente a la previsión del 0.2%. Este repunte no fue ninguna sorpresa teniendo en cuenta que el PMI IVEY indicó una subid de los precios. La subida de los precios del petróleo también ha ayudado a impulsar el dólar canadiense. Dicho esto, el dólar australiano ganó fuerza a pesar de la ralentización del crecimiento de los salarios y la disminución de las ventas de vivienda nueva.
La libra amplía ganancias tras una mejora de los datos de inflación, lo que es consistente con la subida de los precios de las tiendas y la decisión del Banco de Inglaterra de mantener inalteradas sus previsiones de inflación. Por otro lado, el euro se queda rezagado pues las previsiones de relajación monetaria del BCE y de una contracción en el cuarto trimestre lastran la moneda.