A poco más de un año de su debut en la bolsa de Estados Unidos, las acciones de Snap (NYSE:SNAP), firma dueña de Snapchat, no paran de caer. Para colmo, el último reporte de ganancias que ha presentado ha arrojado resultados decepcionantes, lo que hizo que sus títulos cayeran más de un 30% en unos días. Y desde su pico máximo en USD 29,44, han perdido casi un 64%.
Lo dijimos antes y lo volvemos a decir ahora: el problema de Snap es que es una máquina de perder dinero.
Analicemos un poco el panorama.
De acuerdo con la información aportada en su último reporte, la firma tiene dos problemas: su incapacidad para ganar dinero, y la cantidad de usuarios activos, que continúa creciendo, pero a un ritmo cada vez más lento:
En el gráfico debajo esta situación se puede apreciar con gran claridad:
Y si comparamos con otras Redes Sociales, Snapchat está más cerca de seguir el camino de Twitter que el de Facebook (NASDAQ:FB):
Por otra parte, y como dato alarmante, los ingresos de la firma han decaído:
Sin embargo, la situación de pérdidas estructurales se mantiene:
Hace un año, al momento de su oferta pública escribí una nota en la que decía:
“(…) el caso de Snapchat está destinado a seguir los pasos de Twitter, donde es esperable que opere con mucha volatilidad en el futuro próximo, para luego ajustarse necesariamente a lo que indique su valor fundamental. Si no se consigue hacer rentable el negocio será imposible que Snap continúe cotizando con un market cap elevado (hoy está arriba de los USD 27 Billions)."
Como conclusión, si un inversor que quiere comprar una acción para mantenerla un período considerable de tiempo en su portafolio, debe seriamente considerar las posibilidades de la firma de tener ingresos, actuales y futuros.
En definitiva, para la teoría financiera clásica, el valor de una compañía está dado por su capacidad de generar flujos de fondos a través del tiempo. Por ello, como lo he dicho en otra ocasión, es que el valor de Snap es igual a cero.